Michel Houellebecq tiene una máquina del tiempo. Nos lo olíamos con lo de los atentados; estamos expectantes con lo de “Sumisión” o, incluso, con el final del las “Las partículas elementales”. Para mi la confirmación definitiva ha sido la relectura del volumen de artículos, ensayos y entrevistas “Más Intervenciones”. Me di de bruces con este párrafo, sito en la página 81, dentro de la pieza “La reducción de la edad de jubilación”, aparecida originalmente en Les Inrockuptibles en 1997:
“Construido en 1995 el Holiday Inn Resort de Safaga, en la costa del mar Rojo, tiene 327 habitaciones y 6 suites espaciosas y agradables. Entre los servicios podemos citar el vestíbulo de entrada, el coffee-shop, el restaurante, el restaurante de la playa, la discoteca y la revista de espectáculos. En la galería comercial hay tiendas diversas, un banco, una peluquería. La diversión está asegurada gracias a un simpático grupo franco-italiano (bailes, juegos). En resumen, para utilizar la expresión de la agencia de viajes, “un paquete estupendo”.
¡Era eso! ¡A eso me recordaba el estilo de Chat-GPT! ¡A Michel Houellebecq! ¡A las enumeraciones, al uso de perífrasis (podemos citar) y adjetivos intencionadamente ambiguos (diversas)! ¡Al estilo folleto vacacional!
La única pista de que Houellebecq está siendo irónico son las palabras “por utilizar la expresión de la agencia de viajes”. De no hallar esto, sería en verdad indistinguible de una interfaz de Inteligencia Artificial del 2023. Procedo a preguntar a ChatGPT por el Holiday Inn Resort de Safaga. Me dice que no tiene información específica de ese establecimiento, pero sí sobre la cadena hotelera y ciudad egipcia en cuestión:
"Los resorts de la cadena Holiday Inn suelen ofrecer alojamiento de calidad, comodidades modernas y una variedad de instalaciones y servicios para los huéspedes. Esto podría incluir piscinas, restaurantes, bares, gimnasios, spas y acceso a actividades recreativas. Safaga es una ciudad costera en el Mar Rojo, en Egipto. Es conocida por sus aguas cristalinas, sus arrecifes de coral y su atractivo para los amantes del buceo y el snorkel. La región también es un destino popular para el turismo de bienestar debido a sus propiedades terapéuticas y relajantes, gracias a las altas concentraciones de minerales en el agua del mar y a la presencia de centros de talasoterapia."
¿Veis las enumeraciones, los adjetivos (calidad, moderna, variedad, relajantes), las ambigüedades (podría incluir, es conocida por,...)?
No es una casualidad pero, ahora en serio, tampoco creo que Houellebecq sea un profeta. Lo que pasa es que se fija muy bien, y se fija en los detalles adecuados, “el más significativo, el que va al corazón de las cosas”1. El corazón de las cosas, según Houellebecq, es la pérdida del sentido de la voluntad Schopenhaueriana pues, al contrario que los pájaros que construyen nidos o los ciervos, que pelean:
“La lógica del supermercado induce forzosamente a la dispersión de los sentidos; el hombre de supermercado no puede ser, orgánicamente, un hombre de una voluntad única, de un solo deseo(...), son en gran parte un producto de decisiones externas que podemos llamar, en sentido amplio, publicitarias. No hay nada en esos deseos que evoque la fuerza orgánica y total, tercamente empeñada en su cumplimento, que sugiere la palabra “voluntad”. De ahí se deriva cierta falta de personalidad, perceptible en todos los seres humanos.”2
Esos deseos de los que MH habla los traslada a los adjetivos ambiguos, el tono de confort, el clima general de aséptica sencillez y previsibilidad de los folletos publicitarios, esto es, de ChatGPT. Porque ChatGPT está entrenado en Internet, e Internet, a estas alturas, ya está poblado casi exclusivamente por contenidos publicitarios, entradas de blog para rankear mejor en SEO, piezas escritas con este estilo enumerativo y tranquilo; un estilo que, salido de las aulas de márketing, busca llegar a un mayor público objetivo para siempre maximizar los ingresos. Esto alimenta el tono agradable, siestainducente, de dichas páginas y, por supuesto de Chat-GPT. Lo terorrífico aquí, además, es que los profesionales del márketing usan el propio Chat para publicar más entradas publicitarias: sólo estamos al principio de la formación de una colosal bola de nieve de retroalimentación. Evidentemente, la industria del turismo es un transparente estandarte de este síntoma, y por eso MH la usa de manera constante. Así, se hace evidente que el estilo de MH anticipaba la IA.
Bien, cabría ahora que pedirle a MH una salida del atolladero postmoderno en el que nos ha metido. Lo que primero hace es advertir de los peligros de la ironía (pese a usarla, a propósito, en el extracto del principio), en un ejercicio un poco a la Foster Wallace:
“La introducción masiva en las representaciones de referencias, de burla, de doble sentido, de humor ha minado rápidamente la actividad artística y filosófica, transformándola en retórica generalizada. Todo arte, como toda ciencia, es un medio de comunicación entre los hombres. Es evidente que la eficacia y la intensidad de la comunicación disminuyen y tienden a anularse desde el momento en que se instala una duda sobre la veracidad de lo que se dice, sobre la sinceridad de lo que se expresa (¿hay quien pueda imaginar, por ejemplo, una ciencia con doble sentido?) (...) Es como si, en la conversación corriente, la expresión directa de un sentimiento, de una emoción de una idea se hubiera vuelto imposible por ser demasiado vulgar. Todo tiene que pasar por el filtro deformante del humor, un humor que termina girando en el vacío y transformándose en una trágica mudez. Esta es, a su vez, la historia de la famosa incomunicabilidad”
Esta es la conversación que quiere tener MH: cómo encontrar el sentido, en un mar de Chat-GPTs, cómo construir un objetivo fuerte de la voluntad y cómo es imprescindible hacer arte y filosofía hablando de ello sin esconderse, por puro pudor vanidoso, tras el humor. Los que hemos leído a MH con atención sabemos (creemos saber) que sus tiros apuntan a una retórica de la bondad, del deber de compasión, del amor - cuyo caballo de troya, el sexo, no es más que una máscara que arrancar, un deseo válido pero categoría supermercado - que, eso si, puede dar acceso a la voluntad. En Plataforma (2001), encuentro un texto Chat-GPT con fogonazos de esta voluntad entre el clásico bamboleo publicitario3:
“El objetivo de las empresas de turismo es hacer feliz a la gente, previo pago de cierta tarifa durante cierto periodo de tiempo. Una tarea que puede resultar fácil o sencillamente imposible, según el temperamento de la gente, las prestaciones propuestas y otros factores. Valérie se quitó el pantalón y la blusa. Yo me tumbé en la cama gemela. Los órganos sexuales son una fuente de placer permanente y disponible. El dios que nos ha creado desgraciados, que nos ha creado transitorios, vanos y crueles, también ha previsto esta débil forma de compensación. Si no hubiera un poco de sexo, ¿en qué consistiría la vida? Una lucha inútil contra las articulaciones que se anquilosan o la formación de caries.”
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1Más Intervenciones, junio 2023, Ed. Anagrama. P.196
2Más Intervenciones, junio 2023, Ed. Anagrama. P.30
3Plataforma, junio 2015, Ed. Anagrama. P.189