El GOAT socrático del tenis: un diálogo

Goran: No puedo negarlo, ¡me emociona el tenis!

Intervienen:
  • Toni Nadal, tío y entrenador histórico de Rafa Nadal
  • Goran Ivanisevic, ex jugador campeón de Wimbledon, actual entrenador de Novak Djokovic
Argumento:

Toni intenta hacer ver a Goran las diferentes opiniones válidas para establecer al GOAT del tenis (Greatest of all time), partiendo del reconocimiento de la dimensión irracional, emocional y en definitiva artística del deporte.

Toni: ¡Hola, Goran! Cuanto tiempo sin verte, ¿cómo estás?

Goran: Hola Toni. Todo bien, ¿y tú? ¿Qué te trae por Monte Carlo?

Toni: Todo en orden, gracias. He venido a entrenar un poco con Felix Auger-Aliassime, el muchacho lo necesita últimamente… Oye, ¿qué haces aquí agazapado entre las gradas de la pista 7?

Goran: Si, ya lo creo. Ánimo con Felix. Yo estoy aquí escondiéndome de Djokovic. Alguien le puso 5 gramos de arándanos de más en su batido de por la mañana y él se dio cuenta nada más probarlo. Salimos todos escopeteados y aquí ando, a cubierto. Estará dando vueltas por el club echando fuego por la boca un rato, pero luego se le pasa. 

Toni: Jajaja, vaya qué carácter el de Nole. Algunas cosas no cambian…me acuerdo una vez que Rafa perdió al golf contra Pau Gasol…

Goran: Sí, que le vamos a hacer. Pero fíjate, ahora Novak anda más tranquilo, desde que es el GOAT sin discusión del tenis. Son ya 24 Grand Slams…

Toni: Vaya, ¿así que tú también lo crees? Yo no lo tengo del todo claro que se pueda decir tan rápido, si nos fijamos bien.

Goran: ¿Qué quieres decir, Toni? Sabes que te respeto y aprecio mucho, pero no tiene sentido discutir ya sobre esto.

Toni: No estoy del todo seguro, y creo que en el fondo de la cuestión hay un problema de índole filosófica: en particular de una concepción estética de la vida. 

Goran: Caray, ahora me has intrigado. Quizá tienes demasiado tiempo para pensar en Manacor últimamente, pero bueno. Estoy dispuesto a escucharte. 

Toni: Gracias, Goran. Pero necesitaré que respondas a lo que te pregunto con sinceridad. ¿Estás dispuesto?

Goran: Lo estoy.

Toni: Estarás de acuerdo conmigo que es la naturaleza del hombre racional medir las cosas, y de que los triunfos deportivos se pueden acumular y, por tanto, medir.

Goran: Sin duda, Toni.

Toni: Además, en los deportes individuales, como el tenis, es aún más claro: es muy evidente que quien ha sumado más títulos, va en cabeza.

Goran: ¡Precisamente!

Toni: Estupendo, en esto estamos de acuerdo. Pero dime, Goran, ¿te gusta la música?

Goran: Claro, ¿a quién no? Me he quedado un poco anticuado con los grupos de los noventa pero sigo escuchando cosas nuevas. Eso sí, nada mejor que Oasis, lo siento…

Toni: ¡Todos echamos de menos a Oasis, sin duda! Y dime, aunque Oasis precisamente vendieran muchos discos, estoy seguro de que te gustan grupos balcánicos más desconocidos.

Goran: Claro, cosas de mi juventud. O Emir Kusturica…

Toni:  Bien, entonces estamos de acuerdo que la música no se puede medir o clasificar por discos vendidos o la posición en los rankings de youtube.

Goran: Claro que no. De hecho suele ser un poco al revés…

Toni: Cierto es. Así que admites que el valor de la música no se puede clasificar por estadísticas. ¿Cuál es este valor, Goran? ¿Estás de acuerdo conmigo en que el valor es la emoción que te produce la música?

Goran: Si Toni, estoy de acuerdo.

Toni:  Bien, yo digo que este valor es un valor artístico.

Goran: Conforme.

Toni: Y como hemos visto, todo valor artístico es subjetivo, pues apela a lo que cada uno siente.

Goran: Si, pero tampoco te pases. Tiene que haber un mínimo de consenso. Que no todo el mundo esté de acuerdo pero que se pueda escuchar, que vendan algunos discos…

Toni: Muy de acuerdo Goran, gran observación. Para considerar el valor subjetivo de algo como ley universal ha de haber un mínimo de valor objetivable. ¿Pero, cuál es este mínimo, Goran?

Goran: No lo sé, Toni. Pero es un mínimo, no tiene que haber consenso mundial ni ser top 10 en la lista de ventas.

Toni:  Bien, entonces estamos de acuerdo de que la música es subjetiva porque produce emoción, con unos mínimos de calidad. Déjame ahora hacerte una pregunta. ¿Qué diferencia hay entre una cadena de montaje y un deporte, Goran?

Goran: Muchas, Toni, ¿a dónde quieres llegar?

Toni: ¿Se puede medir la eficiencia de una cadena de montaje?

Goran: Sí, claro.

Toni: ¿Y te produce emoción saber que los japoneses o Tesla producen con más eficiencia?

Goran: No diría que me emociona.

Toni: ¿Y lo admiras?

Goran: Si, lo admiro.

Toni: ¿No crees que lo admiras, pero no te emocionas, porque en la cadena de montaje hay máquinas, y no humanos?

Goran: Si, puede ser.

Toni: Entonces , ¿no es la diferencia entre admiración y emoción la presencia de humanos implicados en el asunto? ¿No es esto una de las cosas que distingue al deporte de una cadena de montaje o fabricación? 

Goran: Se podría decir, si. 

Toni: Entonces, como hemos dicho que hay emoción, y como en la música, si existe la emoción es porque existe el arte. 

Goran: No puedo negarlo, ¡me emociona el tenis!

Toni: Por tanto estamos de acuerdo que en el tenis conviven una parte que se puede medir, y una parte artística. 

Goran: Sí,lo estamos.

Toni: En ese caso, cuando hablamos del GOAT, o del mejor de todos los tiempos, ¿te das cuenta de que tenemos un problema del lenguaje?

Goran: No estoy seguro de entenderte, Toni.

Toni: Cuando hablamos del “mejor”, hay quien solo mide el número de títulos, como si el tenis fuera una especie de cadena de montaje que solo cabe optimizar. Y acabas de reconocer que el tenis te emociona, porque amas el tenis. Luego si amas el tenis tienes que reconocer que tiene una parte artística intangible, que no recoge en el número de títulos conseguidos.

Goran: Sí, lo reconozco. Pero, como dijimos con la música, tiene que haber un mínimo de consenso. No puedes decir que el mejor de la historia es Juan Martín del Potro, por mucho que te emocionase verlo jugar.

Toni: Claro que no, hay un mínimo. Pero, ese mínimo, está suficientemente sobrepasado por Roger (20 grand slams), mi sobrino Rafa (22), Djokovic (24). 

Goran: Sí…pero no lo veo del todo claro Toni.

Toni: No te preocupes. Te lo digo así si prefieres. Hemos dicho que la grandeza es un problema lingüístico porque tiene un factor de títulos y otro de emoción, ¿verdad?

Goran: Así es.

Toni: Por tanto, si hiciésemos una suma, Djokovic supera en 16% en títulos a Roger y en 8% a Rafa. Para los que la emoción pesa, digamos, la mitad del valor de la ecuación, ¿puede ser que ver ganar a Roger o a Rafa suponga a muchos aficionados más de un 8 o 16% de emoción que verle hacerlo a Nole, no?

Goran: Sin duda, hay verdaderos fans de estos jugadores. 

Toni: Por tanto, para ellos, la grandeza sería mayor en Rafa o Roger. 

Goran: No puedo refutar lo que has dicho, Toni. Pero tengo la sensación de que hay muchos fans de Roger y Rafa para los que “de pronto” es la emoción lo más importante.

Toni: Puede ser, pero no son ventajistas: simplemente se están dando cuenta de lo importante que es la emoción para ellos. En el fondo quieren reivindicar el término GOAT como uno flexible, que incluya los momentos de sentimientos irrepetibles que los jugadores producen en la pista. Y dicen que esa mínima diferencia existente (aunque se amplíe a 3,4 más) es salvable por el corazón. Sin negar a Djokovic que sea el tenista que más ha triunfado jamás.

Goran: Ahora veo, Toni, que es un problema de lenguaje y que tu sobrino o Roger han producido verdadero goce estético que, duradero para siempre en forma de recuerdos, han creado una concepción artística del tenis en estos aficionados. Pero también lo he visto en los aficionados de Nole.

Toni: Totalmente de acuerdo. Y si para uno es Nole quien te hace vibrar, la discusión no tiene sentido para esa persona. Pero lo que ha ocurrido es que se está hablando de cuánto de importante es la eficiencia, los logros de longevidad y triunfo, las estadísticas, frente a la dimensión emocional del tenis, de cuanto te identificas con las cuitas y la actitud y el esfuerzo estético y dinámico de la coreografía del tenis. Este es, en realidad, el debate que se está dando.

Goran: Puede ser, y en ese caso me parece aún más interesante.

Toni: Sin duda, Goran. Me alegro de que admitas la dimensión emocional del tenis.

Goran: Hablando de emociones, ahí viene Nole con la raqueta en ristre. ¡Adiós, Toni!

Toni: ¡Adiós, Goran!

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Toni intenta hacer ver a Goran las diferentes opiniones válidas para establecer al GOAT del tenis (Greatest of all time), partiendo del reconocimiento de la dimensión irracional, emocional y en definitiva artística del deporte.

Toni: ¡Hola, Goran! Cuanto tiempo sin verte, ¿cómo estás?

Goran: Hola Toni. Todo bien, ¿y tú? ¿Qué te trae por Monte Carlo?

Toni: Todo en orden, gracias. He venido a entrenar un poco con Felix Auger-Aliassime, el muchacho lo necesita últimamente… Oye, ¿qué haces aquí agazapado entre las gradas de la pista 7?

Goran: Si, ya lo creo. Ánimo con Felix. Yo estoy aquí escondiéndome de Djokovic. Alguien le puso 5 gramos de arándanos de más en su batido de por la mañana y él se dio cuenta nada más probarlo. Salimos todos escopeteados y aquí ando, a cubierto. Estará dando vueltas por el club echando fuego por la boca un rato, pero luego se le pasa. 

Toni: Jajaja, vaya qué carácter el de Nole. Algunas cosas no cambian…me acuerdo una vez que Rafa perdió al golf contra Pau Gasol…

Goran: Sí, que le vamos a hacer. Pero fíjate, ahora Novak anda más tranquilo, desde que es el GOAT sin discusión del tenis. Son ya 24 Grand Slams…

Toni: Vaya, ¿así que tú también lo crees? Yo no lo tengo del todo claro que se pueda decir tan rápido, si nos fijamos bien.

Goran: ¿Qué quieres decir, Toni? Sabes que te respeto y aprecio mucho, pero no tiene sentido discutir ya sobre esto.

Toni: No estoy del todo seguro, y creo que en el fondo de la cuestión hay un problema de índole filosófica: en particular de una concepción estética de la vida. 

Goran: Caray, ahora me has intrigado. Quizá tienes demasiado tiempo para pensar en Manacor últimamente, pero bueno. Estoy dispuesto a escucharte. 

Toni: Gracias, Goran. Pero necesitaré que respondas a lo que te pregunto con sinceridad. ¿Estás dispuesto?

Goran: Lo estoy.

Toni: Estarás de acuerdo conmigo que es la naturaleza del hombre racional medir las cosas, y de que los triunfos deportivos se pueden acumular y, por tanto, medir.

Goran: Sin duda, Toni.

Toni: Además, en los deportes individuales, como el tenis, es aún más claro: es muy evidente que quien ha sumado más títulos, va en cabeza.

Goran: ¡Precisamente!

Toni: Estupendo, en esto estamos de acuerdo. Pero dime, Goran, ¿te gusta la música?

Goran: Claro, ¿a quién no? Me he quedado un poco anticuado con los grupos de los noventa pero sigo escuchando cosas nuevas. Eso sí, nada mejor que Oasis, lo siento…

Toni: ¡Todos echamos de menos a Oasis, sin duda! Y dime, aunque Oasis precisamente vendieran muchos discos, estoy seguro de que te gustan grupos balcánicos más desconocidos.

Goran: Claro, cosas de mi juventud. O Emir Kusturica…

Toni:  Bien, entonces estamos de acuerdo que la música no se puede medir o clasificar por discos vendidos o la posición en los rankings de youtube.

Goran: Claro que no. De hecho suele ser un poco al revés…

Toni: Cierto es. Así que admites que el valor de la música no se puede clasificar por estadísticas. ¿Cuál es este valor, Goran? ¿Estás de acuerdo conmigo en que el valor es la emoción que te produce la música?

Goran: Si Toni, estoy de acuerdo.

Toni:  Bien, yo digo que este valor es un valor artístico.

Goran: Conforme.

Toni: Y como hemos visto, todo valor artístico es subjetivo, pues apela a lo que cada uno siente.

Goran: Si, pero tampoco te pases. Tiene que haber un mínimo de consenso. Que no todo el mundo esté de acuerdo pero que se pueda escuchar, que vendan algunos discos…

Toni: Muy de acuerdo Goran, gran observación. Para considerar el valor subjetivo de algo como ley universal ha de haber un mínimo de valor objetivable. ¿Pero, cuál es este mínimo, Goran?

Goran: No lo sé, Toni. Pero es un mínimo, no tiene que haber consenso mundial ni ser top 10 en la lista de ventas.

Toni:  Bien, entonces estamos de acuerdo de que la música es subjetiva porque produce emoción, con unos mínimos de calidad. Déjame ahora hacerte una pregunta. ¿Qué diferencia hay entre una cadena de montaje y un deporte, Goran?

Goran: Muchas, Toni, ¿a dónde quieres llegar?

Toni: ¿Se puede medir la eficiencia de una cadena de montaje?

Goran: Sí, claro.

Toni: ¿Y te produce emoción saber que los japoneses o Tesla producen con más eficiencia?

Goran: No diría que me emociona.

Toni: ¿Y lo admiras?

Goran: Si, lo admiro.

Toni: ¿No crees que lo admiras, pero no te emocionas, porque en la cadena de montaje hay máquinas, y no humanos?

Goran: Si, puede ser.

Toni: Entonces , ¿no es la diferencia entre admiración y emoción la presencia de humanos implicados en el asunto? ¿No es esto una de las cosas que distingue al deporte de una cadena de montaje o fabricación? 

Goran: Se podría decir, si. 

Toni: Entonces, como hemos dicho que hay emoción, y como en la música, si existe la emoción es porque existe el arte. 

Goran: No puedo negarlo, ¡me emociona el tenis!

Toni: Por tanto estamos de acuerdo que en el tenis conviven una parte que se puede medir, y una parte artística. 

Goran: Sí,lo estamos.

Toni: En ese caso, cuando hablamos del GOAT, o del mejor de todos los tiempos, ¿te das cuenta de que tenemos un problema del lenguaje?

Goran: No estoy seguro de entenderte, Toni.

Toni: Cuando hablamos del “mejor”, hay quien solo mide el número de títulos, como si el tenis fuera una especie de cadena de montaje que solo cabe optimizar. Y acabas de reconocer que el tenis te emociona, porque amas el tenis. Luego si amas el tenis tienes que reconocer que tiene una parte artística intangible, que no recoge en el número de títulos conseguidos.

Goran: Sí, lo reconozco. Pero, como dijimos con la música, tiene que haber un mínimo de consenso. No puedes decir que el mejor de la historia es Juan Martín del Potro, por mucho que te emocionase verlo jugar.

Toni: Claro que no, hay un mínimo. Pero, ese mínimo, está suficientemente sobrepasado por Roger (20 grand slams), mi sobrino Rafa (22), Djokovic (24). 

Goran: Sí…pero no lo veo del todo claro Toni.

Toni: No te preocupes. Te lo digo así si prefieres. Hemos dicho que la grandeza es un problema lingüístico porque tiene un factor de títulos y otro de emoción, ¿verdad?

Goran: Así es.

Toni: Por tanto, si hiciésemos una suma, Djokovic supera en 16% en títulos a Roger y en 8% a Rafa. Para los que la emoción pesa, digamos, la mitad del valor de la ecuación, ¿puede ser que ver ganar a Roger o a Rafa suponga a muchos aficionados más de un 8 o 16% de emoción que verle hacerlo a Nole, no?

Goran: Sin duda, hay verdaderos fans de estos jugadores. 

Toni: Por tanto, para ellos, la grandeza sería mayor en Rafa o Roger. 

Goran: No puedo refutar lo que has dicho, Toni. Pero tengo la sensación de que hay muchos fans de Roger y Rafa para los que “de pronto” es la emoción lo más importante.

Toni: Puede ser, pero no son ventajistas: simplemente se están dando cuenta de lo importante que es la emoción para ellos. En el fondo quieren reivindicar el término GOAT como uno flexible, que incluya los momentos de sentimientos irrepetibles que los jugadores producen en la pista. Y dicen que esa mínima diferencia existente (aunque se amplíe a 3,4 más) es salvable por el corazón. Sin negar a Djokovic que sea el tenista que más ha triunfado jamás.

Goran: Ahora veo, Toni, que es un problema de lenguaje y que tu sobrino o Roger han producido verdadero goce estético que, duradero para siempre en forma de recuerdos, han creado una concepción artística del tenis en estos aficionados. Pero también lo he visto en los aficionados de Nole.

Toni: Totalmente de acuerdo. Y si para uno es Nole quien te hace vibrar, la discusión no tiene sentido para esa persona. Pero lo que ha ocurrido es que se está hablando de cuánto de importante es la eficiencia, los logros de longevidad y triunfo, las estadísticas, frente a la dimensión emocional del tenis, de cuanto te identificas con las cuitas y la actitud y el esfuerzo estético y dinámico de la coreografía del tenis. Este es, en realidad, el debate que se está dando.

Goran: Puede ser, y en ese caso me parece aún más interesante.

Toni: Sin duda, Goran. Me alegro de que admitas la dimensión emocional del tenis.

Goran: Hablando de emociones, ahí viene Nole con la raqueta en ristre. ¡Adiós, Toni!

Toni: ¡Adiós, Goran!

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