Alemania nos domina, son los jefes de Europa. De ahí venían los ‘hombres de negro’ a poner su orden, intervención muy dudosa aun sin deudas. Pero lo que está claro es que si un alemán y un español se quedan en una isla desierta, el teutón acaba trabajando para el español. Y como el fútbol no es la vida real, sino esa puta isla, por eso gana España.
Alemania se puso a repartir estopa y a la Selección sólo le quedaba aguantar, porque aunque España jugaba de local, eran ellos los que verdaderamente la tocaban en el hogar. Pedri para casa, después de unos hachazos descomunales, pero nada. Se ve que esta gente que come salchichas sabe donde hacer daño. Y el árbitro, que no nació en Berlín, a cada pitido se vuelve más rubio. La leyenda negra de cuartos, y qué. Nico llevaba siempre a dos con él, buscando los huecos, y Rodri cogió la batuta, como siempre. Cucurella, siempre Cucurella, y otra vez más Cucurella: él y diez más. Parece que Pedro Sánchez no es mejor que el ‘viejo Casale, pero puede servirnos’. Menos mal que había otros y mejores en la grada.
Se fueron al descanso y salió Nacho por Le Normand. El central tenía una tarjeta, y un poco de canguelo. Lamine, que está de campamento en Alemania, corrió la banda para hacerle un pase de la muerte a Dani Olmo, disfrazado de Raúl González Blanco, para poner a España por delante. Son España, somos España. Alemania empezó a apretar, pero los de rojo siempre ahí. Donde hay uno de blanco siempre está Cucurella; gracias a él, los raperos (así llama él a Nico y Lamine), Rodri y Fabián estamos aquí: tienen en sus piernas a un país.
Toni Kroos se merecía una despedida como la de Zidane: se hinchó a patadas ante su impotencia frente a la juventud. Alemania fue una provincia más de España cuando en este país no teníamos ni para pipas: y hoy los echamos de casa. ¿Musiala y Sané y estaban en el campo? Salió Muller, pero somos mejores: tenemos a Fabián. El árbitro es un sinvergüenza, pero no lo nombro por si me denuncia. Y así, todo fabricado y a favor de los teutones, empata Wirtz en el 89:00.
Kross tenía que estar fuera, y los alemanes en el estadio pensaban que se lo merecían. Empecé a creerme que Rüdiguer sudaba de verdad cocaína. Oyarzabal la tuvo y se estiró España. Salió Joselu, joder, y es imposible que ningún español no quisiese que marcase. Qué partidazo, a pesar del sufrimiento. Nos masacraban a Cucurella. Dani Olmo: siempre un paso antes, siempre haciéndonos felices. Salva Unai en las últimas, cuando casi llegamos a los penaltis. Y acción por favor: Mikel Merino, Mikel Merino, Mikel Merino, Mikel Merino, Mikel Merino. 2-1 para España.
España gana y jubila a Toni Kroos. Estaban siempre, estábamos todos. Qué manera de hacernos sufrir y disfrutar.