Seamos serios: el post punk oscuro, industrial y desesperanzado no pega en Valencia. Ha dado grandísimos grupos, es producto de la evolución de una escena delirante y maravillosa. Pero no pega. Valencia no es Manchester. Tierra de luz, poblada por gente honesta, disfrutante y a veces un poco bruta, bañada por ese mar hermoso que tan poca importancia se da a sí mismo (a pesar de los italianos que anuncian perfumes y de los españoles que tuitean sueños imperiales). Valencia podía darle una vuelta de tuerca a la música de guitarras y garajes1.
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Ku! suenan, pensé en su día, a chicle orbit menta con cafeína. Post-lo-que-sea, pisando firmes loops, grindando las aristas del chorus, filos cortantes que comparten con Corridor, Bodega u Omni. Con un toque kraut, o motorik psicodélico más bien — algo similar lo que vienen haciendo Crack Cloud. Pero Ku! se lo traen aquí, dejan que les atice el sol de la terreta en el capó del coche y en el mástil de sus guitarras y en el ala de sus gorras: componen canciones en consecuencia.
El nombre de este conjunto musical, bien traído, suena a patada de Kung Fu, a ejercicio gimnástico y plástico pariente de su música. La sensación que producen es eminentemente veraniega, de ventanas abiertas para hacer corriente. Sus canciones derrochan luz y expectativa; parecen todas escritas a finales de junio2. Te cantan el calor y te ofrecen la mistela.
Han publicado hoy su disco homónimo debut, vía Candorro. Son compañeros, en Candorro, de la banda autodenominada Camellos, a las que creo que les une un espíritu lúdico y despreocupado. Se nota en las sarcásticas letras y en la agradable ligereza de sus inventos instrumentales.
Txan txan abra el disco de manera ideal para catar el cóctel Ku!. Hablan de Valencia: Tierra fértil, nitrogenada /asfalto caliente / y tú estampada (?). La siguiente, Rápido, es un tren cruzando el este peninsular y craneal. Fijaos qué maravilla de dinámicas.
La cara B, para mí aún que la primera, se abre con la teutona cadencia Seis Semanas, un tema pegajoso y adictivo del que es imposible desembarazarse: aquí los juegos de la banda y las voces repitiendo mantras brillan a un altísimo nivel. Me gusta especialmente el riff-enredadera que trepa durante el estribillo (y que por algún motivo me recuerda a Steely Dan).
Calor, el siguiente tema, es una tonada aplatanada mediante el barniz de psicodelia inconcreta que induce la calufa levantina. Apuntala, en fin, el mediterranismo de los Ku!. Experto en nada propone una divertida defecación sobre los todólogos de tertulia: Cultura, política, epidemiología / retienes toda la información
El socarrat del disco, No culpes (Será que no me amas), es una versión de Luis Miguel, por la ruta de Michael Jackson. Puede que estemos ante una cover de las que hacen época, su These boots are made for walking o Héroes. Se trata de semejante despiporre de tema, tan magníficamente adaptado, que es harto probable que Luismi se abogade hasta el techo y denuncie. Sugiero una línea de defensa basada en lo siguiente: quien roba a un ladrón…¡Ueeeva!
Ku! presentan su disco debut el 15 de febrero en la Sala Siroco de Madrid, junto a Diamante Negro. Organiza Mazo. Tengo la impresión de que la entrada merecería la pena sólo por presenciar el solo de flauta dulce del final de No Culpes.
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1 Me entero de que el productor del disco, Pablo Silva, fue responsable de aquella banda luminosa de los 10’s llamada Polock. Su proyecto actual se llama Los Premios.
2 O quizá en Valencia es un junio-eterno. Seguiremos investigando.