La fabulosas guitarras flamencas de Yerai y Paco

De Lucía y Cortés. Cortés y de Lucía. No puedo evitar buscar parecidos y, sobre todo, encontrar las diferencias.

Detesto las expectativas. Siempre que esperamos algo, el resultado es decepcionante. Ocurre con las películas, con los restaurantes; tristemente ocurre también con las personas. Me sucede especialmente con los libros. Si me recomiendan fervientemente un libro es raro que termine entre mis manos. No es cinismo, es temor a no cumplir las expectativas. Por eso, cuando busco una nueva lectura prefiero pasear un rato por una librería y hojear los libros hasta que encuentro uno que capta mi atención.

Este verano, paseando por un OpenCor donde me resguardaba del calor, di con El enigma de Paco de Lucía de César Suárez. De Paco de Lucía conocía lo mínimo. Entre Dos Aguas y las fotos de joven con Camarón. Sin embargo, en pleno mes de agosto, en Andalucía, salir por las noches a la terraza y leer un libro sobre Paco de Lucía escuchando su guitarra en mis auriculares parecía un buen plan. Lo compré sin grandes expectativas. Ahora recuerdo su lectura como la escucha de un disco más que como un libro.

En los últimos compases de 2024, esta vez tratando de resguardarme del frío y la lluvia, entré sin grandes expectativas en el cine para ver La Guitarra Flamenca de Yerai Cortés, la primera película de Antón Álvarez (a.k.a. C. Tangana, Pucho, El Madrileño, Crema). De Yerai Cortés también conocía lo mínimo; había escuchado sus sesiones en COLORS y le había visto en alguna escena de Esa Ambición Desmedida. Pienso ahora en la película, y me ocurre como con el libro de César Suárez, recuerdo un disco más que una película.

Repito, que quede claro, no me gustan las expectativas y, sin embargo, no puedo evitar caer en ellas. A cualquier joven futbolista zurdo que empieza a destacar es inevitable compararlo con Messi. Entiendo que en el mundo del flamenco ocurre algo parecido con Paco de Lucía. A cualquier gitano que aprenda a hacer falsetas tardarán poco en encontrarle parecidos con Paco de Lucía. «Ese recorte hacia dentro es muy de Messi», se escucha en la grada de cualquier equipo de fútbol base. «Esa mano izquierda no la veo desde Paco de Lucía», me imagino que comenta un hombre en un tablao lleno de humo en Madrid o en Tokio.

Paco de Lucía y Yerai Cortés. Yerai Cortés y Paco de Lucía. Releo el libro sobre Paco, escucho el disco de Yerai, y no puedo evitar buscar parecidos y, sobre todo, encontrar las diferencias.

El título

El primer disco de Yerai: La Guitarra Flamenca de Yerai Cortés. El primer disco de Paco: La Fabulosa Guitarra de Paco de Lucía. Desconozco si buscaron esta similitud adrede, tampoco sé con cuál me quedo, los dos son excepcionales. Por eso me lavo las manos, dejo que algún experto elija por mi, y me pongo a imaginar un único disco que ya no podrá existir: La fabulosas guitarras flamencas de Paco y Yerai.

El origen del disco

La película comienza con un plano de Pucho comiendo churros en el Café Gijón —local madrileño por antonomasia, y es que no es tan sencillo desprenderse de El Madrileño— mientras cuenta cómo conoció a Yerai en una fiesta. Uno de los momentos claves de la carrera de Paco es el día que conoce a Sabicas —maestro flamenco de la guitarra— en Nueva York; también en una fiesta. Sabicas queda impresionado con el joven de pelo claro que toca la guitarra. Antón queda impresionado con el joven de pelo oscuro que toca la guitarra. Sabicas le dice: «Paquito, un flamenco no debe tocar las cosas de otro, sino crear las suyas propias». Supongo que Pucho le diría algo parecido a Yerai.

La mare

Paco es hijo de Luzia Gomes, Lucía la Portuguesa y a ella debe su nombre artístico. Nació en Castro Marim y emigró joven a Algeciras donde conoció a Antonio, con el que compartió el resto de su vida. La madre de Yerai —dice ella misma— no es bruja, es maga. La relación con el padre de Yerai terminó cuando todavía era un niño. En el documental dice una de esas frases que sigues recordando mucho tiempo después de haberlas escuchado: «No soy frágil como una flor, soy frágil como una bomba».

El pare

Los padres son protagonistas en el libro y en la película. El padre de Paco, Antonio Sánchez, era payo aunque le llamaban el Gitano Rubio. Hizo todo lo posible para convertir a sus hijos en genios del flamenco. Les acompañaba donde fueran y fue su manager durante gran parte de su carrera. El padre de Yerai es gitano y le llaman Maikel Nai, por su parecido de joven al protagonista del Coche Fantástico. Maikel no es el manager de Yerai pero deja un momento inolvidable en la película cuando trata de convencer a Pucho para que suelte unos quejíos en el disco. Maikel pasó un tiempo en la cárcel cuando Yerai era un niño y la narración de la inspección antidroga por la que acabó entre rejas es uno de los motivos por los que volvería a ver la película.

El maestro

Paco aprende a tocar la guitarra tratando de imitar el toque de Niño Ricardo. Lo escuchaba obsesivamente y trataba de imitarlo hasta aquella conversación con Sabicas. El maestro de Yerai es YouTube. Estoy convencido de que gracias a YouTube ha tratado de imitar a Niño Ricardo, pero también a Sabicas, a Pepe Habichuela, a Cepero, a Tomatito, al propio Paco.

La postura

Paco hizo suyo el gesto de cruzar la pierna derecha sobre la izquierda que había visto hacer a Sabicas. Por su elegancia y su comodidad lo han adaptado como un canon casi todos los guitarristas flamencos que han venido después. Yerai es una de las excepciones: él toca con las piernas abiertas y sigue el ritmo con sus tacones.

El imperativo de un artista —no de un intérprete o de un virtuoso— es romper con lo establecido, respetando lo establecido. No puede buscar parecerse a otros, los otros deben tratar de parecerse a él. Yerai Cortés tiene muchas cosas que no me recuerdan a Paco de Lucía, y ese es el mejor piropo que se me ocurre para un guitarrista flamenco.

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La fabulosas guitarras flamencas de Yerai y Paco

De Lucía y Cortés. Cortés y de Lucía. No puedo evitar buscar parecidos y, sobre todo, encontrar las diferencias.

Detesto las expectativas. Siempre que esperamos algo, el resultado es decepcionante. Ocurre con las películas, con los restaurantes; tristemente ocurre también con las personas. Me sucede especialmente con los libros. Si me recomiendan fervientemente un libro es raro que termine entre mis manos. No es cinismo, es temor a no cumplir las expectativas. Por eso, cuando busco una nueva lectura prefiero pasear un rato por una librería y hojear los libros hasta que encuentro uno que capta mi atención.

Este verano, paseando por un OpenCor donde me resguardaba del calor, di con El enigma de Paco de Lucía de César Suárez. De Paco de Lucía conocía lo mínimo. Entre Dos Aguas y las fotos de joven con Camarón. Sin embargo, en pleno mes de agosto, en Andalucía, salir por las noches a la terraza y leer un libro sobre Paco de Lucía escuchando su guitarra en mis auriculares parecía un buen plan. Lo compré sin grandes expectativas. Ahora recuerdo su lectura como la escucha de un disco más que como un libro.

En los últimos compases de 2024, esta vez tratando de resguardarme del frío y la lluvia, entré sin grandes expectativas en el cine para ver La Guitarra Flamenca de Yerai Cortés, la primera película de Antón Álvarez (a.k.a. C. Tangana, Pucho, El Madrileño, Crema). De Yerai Cortés también conocía lo mínimo; había escuchado sus sesiones en COLORS y le había visto en alguna escena de Esa Ambición Desmedida. Pienso ahora en la película, y me ocurre como con el libro de César Suárez, recuerdo un disco más que una película.

Repito, que quede claro, no me gustan las expectativas y, sin embargo, no puedo evitar caer en ellas. A cualquier joven futbolista zurdo que empieza a destacar es inevitable compararlo con Messi. Entiendo que en el mundo del flamenco ocurre algo parecido con Paco de Lucía. A cualquier gitano que aprenda a hacer falsetas tardarán poco en encontrarle parecidos con Paco de Lucía. «Ese recorte hacia dentro es muy de Messi», se escucha en la grada de cualquier equipo de fútbol base. «Esa mano izquierda no la veo desde Paco de Lucía», me imagino que comenta un hombre en un tablao lleno de humo en Madrid o en Tokio.

Paco de Lucía y Yerai Cortés. Yerai Cortés y Paco de Lucía. Releo el libro sobre Paco, escucho el disco de Yerai, y no puedo evitar buscar parecidos y, sobre todo, encontrar las diferencias.

El título

El primer disco de Yerai: La Guitarra Flamenca de Yerai Cortés. El primer disco de Paco: La Fabulosa Guitarra de Paco de Lucía. Desconozco si buscaron esta similitud adrede, tampoco sé con cuál me quedo, los dos son excepcionales. Por eso me lavo las manos, dejo que algún experto elija por mi, y me pongo a imaginar un único disco que ya no podrá existir: La fabulosas guitarras flamencas de Paco y Yerai.

El origen del disco

La película comienza con un plano de Pucho comiendo churros en el Café Gijón —local madrileño por antonomasia, y es que no es tan sencillo desprenderse de El Madrileño— mientras cuenta cómo conoció a Yerai en una fiesta. Uno de los momentos claves de la carrera de Paco es el día que conoce a Sabicas —maestro flamenco de la guitarra— en Nueva York; también en una fiesta. Sabicas queda impresionado con el joven de pelo claro que toca la guitarra. Antón queda impresionado con el joven de pelo oscuro que toca la guitarra. Sabicas le dice: «Paquito, un flamenco no debe tocar las cosas de otro, sino crear las suyas propias». Supongo que Pucho le diría algo parecido a Yerai.

La mare

Paco es hijo de Luzia Gomes, Lucía la Portuguesa y a ella debe su nombre artístico. Nació en Castro Marim y emigró joven a Algeciras donde conoció a Antonio, con el que compartió el resto de su vida. La madre de Yerai —dice ella misma— no es bruja, es maga. La relación con el padre de Yerai terminó cuando todavía era un niño. En el documental dice una de esas frases que sigues recordando mucho tiempo después de haberlas escuchado: «No soy frágil como una flor, soy frágil como una bomba».

El pare

Los padres son protagonistas en el libro y en la película. El padre de Paco, Antonio Sánchez, era payo aunque le llamaban el Gitano Rubio. Hizo todo lo posible para convertir a sus hijos en genios del flamenco. Les acompañaba donde fueran y fue su manager durante gran parte de su carrera. El padre de Yerai es gitano y le llaman Maikel Nai, por su parecido de joven al protagonista del Coche Fantástico. Maikel no es el manager de Yerai pero deja un momento inolvidable en la película cuando trata de convencer a Pucho para que suelte unos quejíos en el disco. Maikel pasó un tiempo en la cárcel cuando Yerai era un niño y la narración de la inspección antidroga por la que acabó entre rejas es uno de los motivos por los que volvería a ver la película.

El maestro

Paco aprende a tocar la guitarra tratando de imitar el toque de Niño Ricardo. Lo escuchaba obsesivamente y trataba de imitarlo hasta aquella conversación con Sabicas. El maestro de Yerai es YouTube. Estoy convencido de que gracias a YouTube ha tratado de imitar a Niño Ricardo, pero también a Sabicas, a Pepe Habichuela, a Cepero, a Tomatito, al propio Paco.

La postura

Paco hizo suyo el gesto de cruzar la pierna derecha sobre la izquierda que había visto hacer a Sabicas. Por su elegancia y su comodidad lo han adaptado como un canon casi todos los guitarristas flamencos que han venido después. Yerai es una de las excepciones: él toca con las piernas abiertas y sigue el ritmo con sus tacones.

El imperativo de un artista —no de un intérprete o de un virtuoso— es romper con lo establecido, respetando lo establecido. No puede buscar parecerse a otros, los otros deben tratar de parecerse a él. Yerai Cortés tiene muchas cosas que no me recuerdan a Paco de Lucía, y ese es el mejor piropo que se me ocurre para un guitarrista flamenco.

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