La Turra: Quizá la vida es tan sólo eso

7. Estoy enfadada con Porridge Radio porque el proyecto se termina ya este año. Estoy doblemente enfadada porque se despide con un EP. Se me pasa un poco porque VAYA ep.

Los tres primeros discos de La Turra de esta semana han variado su posición estos días según han ido sonando. Ojalá tuviera la oportunidad de que, cada vez que alguien entre a leer esto, se encuentre con un número uno distinto entre esos tres, estúpidas listas. El caso es que es lunes por la mañana mientras escribo esto, desde el aeropuerto de una de mis ciudades favoritas del mundo, preparada para volver a la vida real. Datos que te doy para poner en pie el porqué, de los tres discos, el MVP es el que es, cero dudas al respecto. 

1. MVP: Dejo Bologna una vez más, contenta y triste, como siempre. Como una canción de Zahara. Lo que me une a la ciudad es lo mismo que me une a sus canciones, desde hace tantos años que echar la cuenta da ya vértigo. Ni ella, ni la ciudad, ni yo somos las mismas. Pero estos cambios los hemos hecho juntas, con sus canciones de fondo como banda sonora. Después de una obra magna como fue Puta, elegir qué camino seguir me parecía una decisión bastante difícil y, siendo ella como es, por supuesto ha acertado eligiendo ser: una tía chulísima. Hablábamos hace poco de la experimentación de FKA Twigs en su erasmus en Praga. Zahara demuestra que se puede estar de erasmus en casa. No os diré esta vez aquello de: este disco suena a…. Al contrario: ya les gustaría a Dave Gahan, a Weyes Blood, a Grimes, a Madonna (!) haber escrito todo lo que está aquí. Párate en cada canción como si fuera la última, merece la pena.

2. Si llevas tiempo leyéndome sabrás que tengo como objetivo personal en la vida poner a The Murder Capital en el lugar que se merecen. Dublín no sabe no servir y el tercer disco de la banda creo que será, por fin, el que SÍ. Los ingredientes son los siguientes: el paso siguiente al postpunk con guitarras protagonistas y más luz que oscuridad, con algún toque grunge que me ha dejado temblando. Súmale la voz de su solista, James McGovern, que, mira, es quien realmente le da el valor añadido al grupo. Véndeme que eres una estrella: estaré dispuesta a comprártelo. Y James lo sabe. Y James lo hace. He visto al grupo en directo en casi todas las variaciones posibles de entorno y siempre, siempre, se ven como cabezas de cartel. Porque, al 100%, deberían haberlo sido.

3. Sam Fender lo tiene todo para tenerme obsesionada con este disco. Cuenta con la ventaja de haber estado presente (en los cascos) en un recuerdo imborrable. Tiene una historia personal de las que me gusta contar por ahí (en su caso, la de no morirse a los 27 teniendo todas las papeletas). Tiene, además, una manera de hacer canciones de la americanada por la que servidora bebe los vientos: la ¿nueva ola country? que bebe de lo mejor de Springsteen, los últimos Killers, el disco que ya nunca harán The War on Drugs y, ojo, nuestra queridísima Margo Price. Llevo muchos años ya esperando para verle en directo y parece que, deditos cruzados, esta vez sí.

4. Bueno, yo quería que volviera el triphop y no sé si porque lo veo ahora en todos lados o porque he acertado, aparece cuando menos te lo esperas. El disco de Youth Lagoon es de una belleza ex-tre-ma. También ha decidido experimentar y, pam, le ha salido bien. Más que bien, diría. Cogiendo el rocknoir y llevándote a la oscuridad de los campos de Idaho para que te pierdas bien perdida. Si los tres discos anteriores cuentan como antiguas obsesiones, empieza la oposición para la plaza fija en las obsesiones nuevas.

5. Suelo ponerte la fórmula de hey! Anímate con esto, que es lunes. Pero hoy estoy por lo contrario: hey, es lunes, rebózate en tu propia miseria, disfrútala. Para eso tenemos a Kevin Kaarl, con la fórmula mágica para sentir, con todas las letras, sin rastro de culpabilidad. Su oposición es la del disco más bonito del año. Y te propongo una cosa con esta canción: envíasela a tu crush y cuéntame qué te responde.

6. Algunos esperan la segunda venida de cristo, otras, más mundanas, esperamos el regreso de Portishead. No perdemos la esperanza y, con discos como el de Saya Gray, al menos tenemos algo entretenidísimo con lo que esperar. Su etiqueta en bandcamp dice: R&B, London. Yo digo: 1994, Bristol.

7. Estoy enfadada con Porridge Radio porque el proyecto se termina ya este año. Estoy doblemente enfadada porque se despide con un EP. Se me pasa un poco porque VAYA ep, se me pasa un poco porque el sanedrín que cada viernes repasa los discos le hará su justo festival el mes que viene en su último directo. Ojalá ojalá hagan un cucutrás y vuelvan en pocos años. No nos enfadaríamos.

8. Bastante fomo de lo bien que se lo han tenido que pasar The Limiñanas grabando esto, la verdad. Garage surfero desde Perpignan con colaboraciones como Bobby Gillespie porque, claro, teniendo su número en la agenda quién no querría colaborar con él.

9. Ahora que el postpunk va camino de su propio funeral, los grupos que estaban a puntito de saltar a primera división parecen reinventarse para no perder cuerda. Es el caso de Chalk, que nos flipaban y en este EP, el tercero en tres años,  viran hacia un punto más post que punk, rozando, escucha lo que te voy a decir, a Underworld. Por nosotras, perfecto, por favor, dadnos un disco largo así que esto nos ha gustado muchísimo.

10. Iosonouncane es uno de mis artistas italianos favoritos. Desde Cerdeña planta toda su sensibilidad en cada trabajo que presenta. Nunca igual al anterior. Siempre en busca de la verdad con su propio arte. De este golpe nos presenta una ópera en clave de dark ambient, la banda sonora, tremendamente emotiva, del documental Lirica Ucraina. Dale. A ambas cosas.

11. Tenemos portugués “nuevo” en la oficina. Afonso Rodrigues comienza carrera en solitario después de haber militado en dos de nuestros grupos favoritos del otro lado de la frontera: Sean Riley and the Slowriders y Keep Razors Sharp. Esperamos que esta aventura solo, llena de canciones sentidas, haciendo americana desde Lisboa y, curiosamente, pasándose del inglés al portugués porque cada persona tiene un camino y un proceso para reencontrarse consigo mismo.

12. Tuve que agarrarme al ventolín cuando vi que el Paredes de Coura anunciaba a Maruja. Me muero de ganas de ver qué hacen en directo, ya tengo elegido dónde me voy a poner les pongan en el escenario que les pongan. Mucho mucho ruido, una ida de olla total y absoluta que es postrock, pero es jazz y que se nos ha pasado referenciar otras veces porque nos ha atropellado la vida. Pero esta vez, aquí estamos.

13. Nos vamos, bailando para encarar el resto de la semana. Los loops líricos y musicales de Baths nos han puesto el cuerpo de jota y carnaval a base de indietrónica y glitch que te llevan a 2010 y a 2050 a la vez.

De no ser por tener que escribir esto, se me hubieran pasado muchos de los discos de esta semana que entran en la carrera ya de discos y canciones del año, porque tela esta semana, si pusiéramos notas (not gonna happen) no bajaría nadie del 8’5. Párate a escucharlo todo porque, claramente, algo me habré dejado atrás. Cuídate. Cuida de la Sanidad Pública.

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Los tres primeros discos de La Turra de esta semana han variado su posición estos días según han ido sonando. Ojalá tuviera la oportunidad de que, cada vez que alguien entre a leer esto, se encuentre con un número uno distinto entre esos tres, estúpidas listas. El caso es que es lunes por la mañana mientras escribo esto, desde el aeropuerto de una de mis ciudades favoritas del mundo, preparada para volver a la vida real. Datos que te doy para poner en pie el porqué, de los tres discos, el MVP es el que es, cero dudas al respecto. 

1. MVP: Dejo Bologna una vez más, contenta y triste, como siempre. Como una canción de Zahara. Lo que me une a la ciudad es lo mismo que me une a sus canciones, desde hace tantos años que echar la cuenta da ya vértigo. Ni ella, ni la ciudad, ni yo somos las mismas. Pero estos cambios los hemos hecho juntas, con sus canciones de fondo como banda sonora. Después de una obra magna como fue Puta, elegir qué camino seguir me parecía una decisión bastante difícil y, siendo ella como es, por supuesto ha acertado eligiendo ser: una tía chulísima. Hablábamos hace poco de la experimentación de FKA Twigs en su erasmus en Praga. Zahara demuestra que se puede estar de erasmus en casa. No os diré esta vez aquello de: este disco suena a…. Al contrario: ya les gustaría a Dave Gahan, a Weyes Blood, a Grimes, a Madonna (!) haber escrito todo lo que está aquí. Párate en cada canción como si fuera la última, merece la pena.

2. Si llevas tiempo leyéndome sabrás que tengo como objetivo personal en la vida poner a The Murder Capital en el lugar que se merecen. Dublín no sabe no servir y el tercer disco de la banda creo que será, por fin, el que SÍ. Los ingredientes son los siguientes: el paso siguiente al postpunk con guitarras protagonistas y más luz que oscuridad, con algún toque grunge que me ha dejado temblando. Súmale la voz de su solista, James McGovern, que, mira, es quien realmente le da el valor añadido al grupo. Véndeme que eres una estrella: estaré dispuesta a comprártelo. Y James lo sabe. Y James lo hace. He visto al grupo en directo en casi todas las variaciones posibles de entorno y siempre, siempre, se ven como cabezas de cartel. Porque, al 100%, deberían haberlo sido.

3. Sam Fender lo tiene todo para tenerme obsesionada con este disco. Cuenta con la ventaja de haber estado presente (en los cascos) en un recuerdo imborrable. Tiene una historia personal de las que me gusta contar por ahí (en su caso, la de no morirse a los 27 teniendo todas las papeletas). Tiene, además, una manera de hacer canciones de la americanada por la que servidora bebe los vientos: la ¿nueva ola country? que bebe de lo mejor de Springsteen, los últimos Killers, el disco que ya nunca harán The War on Drugs y, ojo, nuestra queridísima Margo Price. Llevo muchos años ya esperando para verle en directo y parece que, deditos cruzados, esta vez sí.

4. Bueno, yo quería que volviera el triphop y no sé si porque lo veo ahora en todos lados o porque he acertado, aparece cuando menos te lo esperas. El disco de Youth Lagoon es de una belleza ex-tre-ma. También ha decidido experimentar y, pam, le ha salido bien. Más que bien, diría. Cogiendo el rocknoir y llevándote a la oscuridad de los campos de Idaho para que te pierdas bien perdida. Si los tres discos anteriores cuentan como antiguas obsesiones, empieza la oposición para la plaza fija en las obsesiones nuevas.

5. Suelo ponerte la fórmula de hey! Anímate con esto, que es lunes. Pero hoy estoy por lo contrario: hey, es lunes, rebózate en tu propia miseria, disfrútala. Para eso tenemos a Kevin Kaarl, con la fórmula mágica para sentir, con todas las letras, sin rastro de culpabilidad. Su oposición es la del disco más bonito del año. Y te propongo una cosa con esta canción: envíasela a tu crush y cuéntame qué te responde.

6. Algunos esperan la segunda venida de cristo, otras, más mundanas, esperamos el regreso de Portishead. No perdemos la esperanza y, con discos como el de Saya Gray, al menos tenemos algo entretenidísimo con lo que esperar. Su etiqueta en bandcamp dice: R&B, London. Yo digo: 1994, Bristol.

7. Estoy enfadada con Porridge Radio porque el proyecto se termina ya este año. Estoy doblemente enfadada porque se despide con un EP. Se me pasa un poco porque VAYA ep, se me pasa un poco porque el sanedrín que cada viernes repasa los discos le hará su justo festival el mes que viene en su último directo. Ojalá ojalá hagan un cucutrás y vuelvan en pocos años. No nos enfadaríamos.

8. Bastante fomo de lo bien que se lo han tenido que pasar The Limiñanas grabando esto, la verdad. Garage surfero desde Perpignan con colaboraciones como Bobby Gillespie porque, claro, teniendo su número en la agenda quién no querría colaborar con él.

9. Ahora que el postpunk va camino de su propio funeral, los grupos que estaban a puntito de saltar a primera división parecen reinventarse para no perder cuerda. Es el caso de Chalk, que nos flipaban y en este EP, el tercero en tres años,  viran hacia un punto más post que punk, rozando, escucha lo que te voy a decir, a Underworld. Por nosotras, perfecto, por favor, dadnos un disco largo así que esto nos ha gustado muchísimo.

10. Iosonouncane es uno de mis artistas italianos favoritos. Desde Cerdeña planta toda su sensibilidad en cada trabajo que presenta. Nunca igual al anterior. Siempre en busca de la verdad con su propio arte. De este golpe nos presenta una ópera en clave de dark ambient, la banda sonora, tremendamente emotiva, del documental Lirica Ucraina. Dale. A ambas cosas.

11. Tenemos portugués “nuevo” en la oficina. Afonso Rodrigues comienza carrera en solitario después de haber militado en dos de nuestros grupos favoritos del otro lado de la frontera: Sean Riley and the Slowriders y Keep Razors Sharp. Esperamos que esta aventura solo, llena de canciones sentidas, haciendo americana desde Lisboa y, curiosamente, pasándose del inglés al portugués porque cada persona tiene un camino y un proceso para reencontrarse consigo mismo.

12. Tuve que agarrarme al ventolín cuando vi que el Paredes de Coura anunciaba a Maruja. Me muero de ganas de ver qué hacen en directo, ya tengo elegido dónde me voy a poner les pongan en el escenario que les pongan. Mucho mucho ruido, una ida de olla total y absoluta que es postrock, pero es jazz y que se nos ha pasado referenciar otras veces porque nos ha atropellado la vida. Pero esta vez, aquí estamos.

13. Nos vamos, bailando para encarar el resto de la semana. Los loops líricos y musicales de Baths nos han puesto el cuerpo de jota y carnaval a base de indietrónica y glitch que te llevan a 2010 y a 2050 a la vez.

De no ser por tener que escribir esto, se me hubieran pasado muchos de los discos de esta semana que entran en la carrera ya de discos y canciones del año, porque tela esta semana, si pusiéramos notas (not gonna happen) no bajaría nadie del 8’5. Párate a escucharlo todo porque, claramente, algo me habré dejado atrás. Cuídate. Cuida de la Sanidad Pública.

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