12 de mayo de 2024
Minuto 56 de juego en Riazor. El Barcelona B está sometiendo a un considerable meneo al Deportivo de La Coruña, quien necesita urgentemente ganar y certificar su ascenso a la segunda división del fútbol español.
Aproximadamente el 98% de la atlántica ciudad ha salido a la calle en este blanquiazul domingo, 32.000 de ellos culo en asiento, ya dentro del estadio, como sardinas en Riazor. A las 19:17 horas, cuando empieza el asedio catalán, 31.500 de estos aficionados (todos los que no moran en maratón inferior), se ven obligados a forcejear contra pensamientos intrusivos, por otra parte muy gallegos: que si nuestra mala suerte, que si enfadamos a los espíritus del fútbol aquella vez que Andrade bromeó con Deco, que si Arsenio Iglesias nos asista… hasta el verso1 del himno gallego, escogido para la ocasión, puede tornar en premonición o blasfemia: “Os tempos son chegados”.
Pero de pronto, en ese minuto 56, le es concedida una falta en la frontal al Deportivo. Hacen unos 18 grados de temperatura en A Coruña, el sol ya no crea sombra sobre el césped y Lucas Pérez agarra la pelota.
20 de julio de 2020
6 horas antes de disputarse la última jornada de la segunda división del fútbol español, salta la noticia de la existencia de siete positivos por COVID en la expedición del Fuenlabrada que debía enfrentarse al Deportivo. El partido se suspende, pero el resto de la jornada se disputa con normalidad.
Tras un sainete típicamente coronavírico, incluyendo encendidas declaraciones institucionales, amagos de calabozo para el mediocentro defensivo del Dépor, solemnes power points y danzas de la lluvia de mascarillas, el no-partido se disputa el 7 de agosto, acabando con inútil victoria coruñesa. El Dépor desciende2 a la tercera división del fútbol español, donde ha de vagar durante cuatro años.
11 de junio de 2022
Lucas Pérez acude a Riazor, ya terminada la temporada de primera división con el Cádiz, para ver al Deportivo no cagarla contra el Albacete en el último momento, y así subir a segunda división. Evidentemente, el Deportivo la caga contra el Albacete en el último momento, y Lucas abandona Riazor entre lágrimas y tocado con un nubarrón negro, sito alrededor de sus sienes de Monelos.
Como tan bien explica Nacho Carretero, Lucas nunca llegó a debutar en categorías inferiores con el Dépor, y en 2017 se fue con mal sabor de boca del club. Con la parte económica de su vida ya solucionada tras su paso por el Arsenal y ciertos éxitos inversores, volver al Dépor se convierte en la obsesión de Lucas.
Las Navidades siguientes sucede lo impensable: Lucas pone medio millón de euros de su bolsillo para costear su propio traspaso, además de pasar a cobrar una décima parte de lo que cobraba antes.
Pero yo creo que Lucas, además de un héroe deportivista, lleva dentro a un frío economista. ¿Cuál es la diferencia monetaria, 1-2 millones de euros, seguramente un porcentaje no muy alto de su capital, a distribuir entre los 40 años que le quedan para disfrutarlos, comparado con comprar el capital social infinito que le otorga este gesto? ¿Cómo de ridículo es el coste hundido de los dos millones que le quedaban por cobrar del Cádiz, comparado con la promesa de salvar al Dépor de los infiernos, cual Orfeo con degradado y explosiva zurda? ¿Cuánto vale que una ciudad entera te quiera, te sonría cómplice por la calle, como en aquella escena final de Batman, en todas las terrazas desde Monte Alto a Los Castros?
En la segunda escena del primer acto de Julio César, William Shakespeare escribió:
"Los cobardes mueren muchas veces antes de sus muertes. Los valientes saborean la muerte sólo una vez"
Estoy seguro de que, cuando Lucas Pérez coge carrerilla y chuta en el minuto 56, saborea todo lo contrario a la muerte, sea cual sea su misterio.
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1 La estrofa completa:
Os tempos son chegados
dos bardos das idades
que as vosas vaguedades
cumprido fin terán
2 Fijaos como, para este caso futbolístico, se usa el no tan común verbo descender. Hoy en día se baja para casi todo; descender se reserva únicamente para enchufar connotaciones infernales.