Ahora que nos maravillamos ante la fulgurante consagración de ese inefable fenómeno llamado Alcaraz Garfia, recuerdo la carrera de Rafa con nostalgia y comparo injustamente las personalidades de ambos jugadores. En el tenis es tan importante el goce cinético como admirar el carisma de los jugadores. Repasamos tres momentos estelares de la carrera de Nadal Parera que destilan su reinado moral como el estoico de Manacor.
El presente es un regalo. Vivir en el pasado te ancla a la nostalgia; hacerlo en en el futuro te condena a la ansiedad. Rafa respondía así al típico periodista agonías cuando le preguntaba si le iban a pesar sus recientes derrotas en la gira de tierra. Como dice un comentario al vídeo: hablando el idioma de los Dioses.
Tras ganar al insufrible macarra Kyrgios en Wimbledon 2019, Rafa tuvo que escuchar una pregunta hipotética sobre si el irritante australiano podría lograr grandes metas, caso de entrenar más duro. Es decir, que perdía porque no se esforzaba. Rafa, a quien los simples siempre han endosado el falsario cliché de ser trabajador pero no tan talentoso, envía tres smashes en forma de ifs, antes de ensayar otro silencio perfecto y sentenciar: lo que no es, no existe.
En este documento único, seguimos a las magnas espaldas de Roger Federer y Rafael Nadal, escoltando y aconsejando a un Zverev que iba a disputar un decisivo tie break en la Copa Laver de 2019. Esta es la transcripción:
Federer: ‘I want to hear a ‘let’s go’ and ‘come on’ every fucking point you win. And every point you lose you fucking take like a man’.
Nadal: ‘No one negative face’.
Nótese cómo los dos grandes se unen en su consejo estoico pero en especial en cómo Rafa, mientras camina moviendo los brazos y la cabeza con el ansia de un golden retriever, añade la frase que resume su carrera, personalidad y, probablemente, el grueso de la educación sentimental que habrían de recibir los niños: no importa, nada de malas caras - controla lo que puedas controlar.
---
Charlie va a construir su propia historia, tenística y anímica y carismática. Distinto e incomparable, por ahora nos deslumbra su descaro, espontaneidad y sonrisa de jugón. Es epicúreo mientras Rafa es estoico. Ojalá se encuentren durante el año próximo de retirada triunfal del espartano, como dos entrañables vecinos mediterráneos, jugando un dobles olímpico para la historia. If, if, if… always exist.
