Reflexiones frívolas sobre La Sociedad de la Nieve

En honor a los 16 supervivientes del accidente de Los Andes, 16 reflexiones frívolas y absurdas sobre la película del momento: 

1.- El idioma español encuentra su verdadera razón de ser en el Río de la Plata. En ningún lugar del globo se ha llegado a tal grado de perfección de nuestra lengua como allá. Por contraposición, duele la inevitable comparación con el maltrato al que lo sometemos acá. No hay ningún aspecto del castellano de Montevideo o de Buenos Aires que no sea superior al resto, ni en léxico empleado ni en construcción gramatical ni en voluntad poética. Y sobre todo, el aspecto en mi opinión más destacado de nuestro idioma, su capacidad constante para la ironía.

2.- Mi obsesión con la película me ha llevado a devorar podcasts, documentales, entrevistas o cualquier contenido audiovisual relacionado con los protagonistas, y me llama la atención cómo cada superviviente relata su historia de una manera muy concreta en cada ocasión, como si tuviese aprendido un guión y repitiese cada vez las mismas palabras, los mismos tonos, las mismas pausas incluso los mismos chascarrillos. Y esto no hace más que convencerme de que lo que fija en la memoria un recuerdo no es el hecho en sí, sino el recuerdo del primer relato de los hechos. La vida no es como fue, sino como se cuenta.

3.- Creo que lo dijo Flaubert. Dios está en los detalles. Qué razón tenía.

4.- Qué pedazo de nombre es Numa Turcatti. Qué sonoridad, qué bien se acopla cada sílaba a la anterior. Qué belleza en ese mezclar lo indígena con lo italiano. Tu te llamas Numa Turcatti y estás condenado a convertirte en una leyenda de Nacional de Montevideo o en ladrón de guante blanco profesional. Es imposible ser feo llamándote Numa Turcatti.

5.- En una época con una oferta de contenido inabarcable y saturación de estímulos narrativos infinita, es asombrosa la fascinación que nos siguen provocando las buenas historias. Una buena historia lo puede todo.

6.- Pase lo que pase, independientemente del momento y la situación, siempre adidas. Las tres bandas demostrando su incomparable superioridad estética ya sea en el revival actual malasañero de las Gazelle o las Samba o en las deportivas y bolsos de equipaje de la mayor tragedia del s.XX. Preferir adidas a Nike o Puma es estar en el lado bueno de la historia.

7.- Qué importante en esta vida es ser guapo, tener pelazo y vestir bien (o debe serlo, vaya). Al hilo de esto, me gustó la frase que le escuché a Carlitos Páez en un podcast: "Afeitarse es quitarse las preocupaciones del día anterior".

8.- El sol de invierno dándote de lleno antes de comer. Esa cañita con el sol de enero en la cara. Uno cree en la civilización por momentos así.

9.- Una frase con la que quedar estos días de cinéfilo empedernido en la máquina del café: "Es que a Bayona se le considera el alumno más aventajado de Spielberg". Buf, cómo se queda uno cuando la suelta, qué plenitud, qué sensación tan agradable de ser un listillo. Por experiencia propia recomiendo hacerlo al menos dos o tres veces. Si a eso le añades que el director español ha sabido mejor que nadie perfeccionar la técnica spielbergiana de fijar la cámara en el rostro de un protagonista ante un inminente suceso clave en el devenir de los hechos, y mantener el primer plano hasta que la tensión de la escena se haga insostenible, cuentan que Alejandro G. Calvo te entrega en persona el carnet oficial de Film Bro.

10.- Siempre hay que tener cerca un amigo que lleve una cámara de fotos por la vida. Del mismo modo, siempre siempre siempre hay que salir de casa con unas gafas de sol. Por lo que pueda pasar.

11.- Uruguay es Argentina bien hecha.

12.- Lo pensaba viendo las escenas en el aeropuerto y en el mismo avión antes del accidente. Nada en esta vida mejor que un grupo de pibardos emocionados. Cuando fui profesor en un colegio me preguntaban recurrentemente si no era duro trabajar con chavales y adolescentes en plena edad del pavo. Pues mire usted, a mí los pibardos me caen, por lo general, de putísima madre.

13.- Nunca es demasiado tarde para nada, nunca se es demasiado viejo para todo.

14.- Más Enzo Vogrincic y menos Jeremy Allen White.

15.- A raíz de este tuit sobre comerse amigos en la montaña, rescato la frase del siempre lúcido Enrique Ballester: Todos tus principios éticos, tus convicciones morales y el decoro quedan en un segundo plano cuando lo que tienes entre manos es un absoluto tuitazo.

16.- La más importante de todas: Uno muestra lo que es en los amigos que tiene.

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