(y II) El fin de Sánchez: cuando los memes derriban gobiernos

Continuamos el análisis memístico comenzado hace seis semanas hoy, día postelectoral, uno de esos días que consiguen provocar una resaca terrible, pero no de alcohol sino de opiniones y variopintas indignaciones. Por eso traigo algo ligero.

Durante la campaña, en un sorprendente giro de los acontecimientos, Pedro Sánchez no sólo no evitó sino que abrazó los memes que previamente  analizamos en sustancia, con toda la seriedad que merecían. En particular:

  • Perro Sánchez: hacia el final de campaña, el equipo de SNCHZ vio el potencial cuqui de ser llamado perro sanxe, y sacó él mismo el tema en el igualmente cuqui y gen-z podcast “La pija y la quinqui”. No contentos con eso, usaron el meme con la excusa de día internacional del perro, dejando claro que la frivolidad y el show business en política es un camino de no retorno, al menos hasta que implosione twitter.

  • Falconetti: sacado a colación por Ken mismo durante el primer debate televisivo. Atónitos, todos nos preguntábamos que ganaba sacando este tema. Sigan leyendo.
  • ¡Que te vote Txapote!: bien, como pronosticábamos, este meme de surrealista origen configuró una de los temas principales de la campaña. Mas lo impensable, igual que el asunto de viajar en el jet para menesteres privados, es que este tema fue puesto sobre la mesa por ¡el mismo Pedro!

Su Sanchidad es fino estratega, y ha quedado de manifiesto una vez más. Ante la imposibilidad de luchar contra el meme, ha sido él quien ha establecido un relato basado en quejarse por las infamias de las que ha sido blanco. Conocedor de su votante objetivo y su tendencia a ejercer el ídem guiado por esa preciosa e infrautilizada palabra - empatía -, se ha presentado como una víctima, digna de compasión, vapuleada por una masa informe de fascistas abusones, abyectos, con toda seguridad velludos, de la que Feijóo no ha sabido -o querido- diferenciarse. Así, entendiendo a la perfección el arte de la comunicación política, ha convertido una debilidad en virtud, movilizando a su indignado electorado.

En cualquier caso, y como siempre, los ganadores somos los ciudadanos, testigos de este espectáculo que nos ha sido brindado por doctos y vocacionales servidores públicos, ajenos al interés personal, los sueldos y la creación de observatorios1 para colocar a sus sin duda capaces allegados; siempre empeñados en quitarse importancia y en animar a los ciudadanos a construir sus propios proyectos de comunidad, afectos e ideas.

Seguiremos votando las veces que hagan falta, ¡faltaría más! Escojamos los memes más tronchantes.

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1 reconozco que la mera palabra, observatorio, como si los asuntos socioeconómicos fueran más bien una cosa ornitológica, me parece una burla directa a los pájaros, digo, a los ciudadanos.

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