Ya hemos suplicado un cambio y nos hemos amarrado la angustia. Llega 2025. Empieza el año de la renuncia. Vamos a negarnos a que se nos cuelguen al cuello. Escucharemos barbaridades y no intentaremos que el otro se aproxime a la civilidad. Perderemos dinero, porque habrá que comprar un billete urgente cuando nos atrapen en un lugar fangoso; habrá que volver a casa. Cuanto más tiempo pasemos aquí, más difícil resultará devolvernos nuestra pulcritud. Vamos a colgar. Cuando nos roben el móvil del bolsillo seguiremos de fiesta. Ya lo resolveremos mañana. Vamos a mantener cientos de mensajes sin contestar. Dejaremos de mirar a la gente buscando a otra persona (ya estrellada, lejos). No lo volveremos a intentar, nos rendimos. Adiós al amor, a los padres, a la infancia. La nostalgia es tramposa. Se acabó, no se puede convivir con ese deseo desesperante, hay que empezar a acomodarse a la vida que realmente tenemos.
Cosas que sí
— Hacer como que escuchas mientras piensas en tus cosas (para cercar y cultivar tu bienestar). Entrena la mirada intensa y recuerda tu primer beso. Otra opción: si alguien te llama para preguntar qué tal, pero realmente es para contarte qué tal está él (encerrona redonda), puedes decir: «Cariño… Me pillas en mal momento… Hablaremos pronto… Te deseo todo lo mejor… Besos»
— Lápiz de ojos marrón
— Tontear para sacarle el jugo a la vida; en la cafetería, en el trabajo, en la fiesta. La máxima exponente del tonteo lúdico es mi amiga Anabel, que además es géminis y swiftie (combinación explosiva)
— Decirle a la gente que queremos que les queremos. No plancharle una camisa, prepararle una hamburguesa o comprarle la entrada del Mad Cool; es más barato decir rotundamente lo que sentimos
— Ni fruta ni chocolate, elige el helado de pistacho
— Los pódcast de ruido blanco. Te pones a una pija diciendo que lo que tiene se lo merece porque su padre trabajó muchísimo mientras friegas los platos y es como si te estuvieran haciendo una lobotomía. Desconexión total
— Fumar tabaco de verdad y no esas mierdas que se meten en la boca los chavales dentro de las discotecas, que huelen a palomitas y pelos de perrillo. Echo de menos el alquitrán, joder
— Imponer tu criterio. Si conoces a alguien que solo va al cine con una pistola en la nuca, no dejes que elija la película. La democracia y el debate no siempre funcionan. «El mejor argumento en contra de la democracia es una conversación de cinco minutos con el votante medio», dijo Winston Churchill. ¿Cómo os habéis quedado? Inapelable, ¿cierto?
Cosas que no
— Tuitear cosas que puedan hacer que los fascistas de Twitter (X) consideren que estamos de su parte
— Hablar (para bien o para mal) del cuerpo de los demás. Si alguien ha engordado o si alguien está calvo nos da igual. Si no te da igual te puedes callar. «Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio» Proverbio hindú. Lo he sacado de proverbia.net. Creo que me seguís
— Creerte más listo que el que lee el horóscopo. Al menos ellos tienen sentido del humor
— Imitar los acentos, porque no estamos en un sketch de Los Morancos. Vamos a intentar mantener nuestros dejes originarios y cada vez que alguien lo imite con sorna vamos a contemplarle fijamente y a decirle: «Lamento muchísimo que tu madre no te mirara mientras te daba el pecho»
— Hacer ruidos raros en la mesa. O tocarse la boca y sacarse las sobras de los dientes. Puaj
— Ver dos vídeos de YouTube de dos horas y pensar que ya eres experto en un tema
— Llamar «niña» a tu compañera de 37 años. Se acaba de quedar embarazada y hasta el año pasado tomaba una pastilla de orfidal antes de llegar a la oficina. Te sonríe tanto porque te mira y te ve doble
— Llamar a la gente «mona», sobre todo a las lesbianas (¿por qué la gente hace eso?). Llámale titán, inteligente, sexy. Mono eres tú cuando intentas que la chica que te gusta te responda a la historia de Instagram porque le has cotilleado el Spotify y has subido la canción más desconocida de su lista «night out🍸»
— Levantarte y mirar el móvil. Ya NO. Hace muchos años que hiciste selectividad y puedes tolerar la incertidumbre y el dolor. Eres adulto, yo también. Se acabaron las adicciones fáciles. Podemos coleccionar minerales o Sonny Angels
— Los abrigos con capucha (si no tienes 15 años ni fumas porros)
Cariño… Un brindis por todos nosotros… Besos infinitos…