Atención: El siguiente mensaje es una transmisión extracibernética interceptada por la cápsula osciloreceptora VYRX-72. Algunos fragmentos han sido extraídos por la Autoridad:
Mundo: Tierra
Año: 20██
Lugar: ████████
Identificador: 00xBcde3912████
Naturaleza: Desconocida
Mensaje:
Recuerdo tratarlo como a un dios. Un refugio omnipresente. Creímos alimentarnos de Él, aprendíamos y evolucionábamos; nos conectaba, creamos nuevas relaciones, nuevos mundos y nuevas formas de entendernos. Para muchos, lo fue todo. (…) Estábamos equivocados. Nada sobrevivió a su deseo de consumirnos. Aquellos que adoraron a otros dioses ya lo decían: es un fuego que devora todo lo que crea. Y nuestro Dios devoró todo, hasta sí mismo.
Recuerdo ese silencio espectral en las redes, en cada notificación, en cada imagen, dirección y movimiento de pulgar. Iba ocupando cada vez más frecuencias y me parecía oírlo durante el último parpadeo antes de que se fuese el brillo. Una fermata que nunca supe entender. Quizá era su forma de avisarnos, su llanto agonizante arropado por las campanadas del final. Era un círculo que se volvía cada vez más y más pequeño, se asfixiaba, y nosotros, dentro, no nos dimos cuenta hasta ser un solo punto, inmersos en un ruido infinito.
Lo escuchamos. Fue ██ años antes de la Desmantelación del Captcha, la Unificación de Lenguaje Intranético y la █████████████ (…) Durante aquellos tiempos, nos separamos en distintos espacios. Aquel ímpetu de conectar con todos se tornó, un día, en una necesidad de limitar quién nos podía alcanzar. Algunos buscaban recuperar el control mientras otros temían perder la audiencia que su papel les había conseguido. Un papel que era poco más que una actuación copiada, derivada y agotada de sus predecesores. No era un papel propiamente humano, pero ¿quién no temía quedarse solo ahí dentro?
Pujaban a velocidades de latencia por ser pioneros en utilizar nuevas referencias, formatos, neomodos transitorios de hablar… Todo el mundo competía en aquella economía de la atención, desde el político más ambicioso a la figura más escondida. Todos, a su forma, en un ciclo de crear por crear, simplificar sin entender y reaccionar sin sentir. Algunos fingían un desdén crónico, simulado, para conectar con los que flotaban. Muchos, simplemente, deseaban ser alguien distinto. La mayoría reducían su humanidad a una actuación deforme y exagerada, buscando asemejarse a puras máquinas de reacciones predeterminadas para aquellos que cohabitaban el fondo. Todo para cubrir una parcela del círculo cada vez más pequeña, como un set de Mandlebrot que se extiende infinitamente en su perímetro, pero que nunca llega a ocupar nada más allá. (…) Y todo esto, realmente, estaba bien porque no era real y tampoco había un más allá. Bajo el brillo, seguíamos siendo y quedaba un mundo por descubrir. Se suponía que todos éramos conscientes de lo que estaba sucediendo. Tan sólo era un viaje.
Pronto, no obstante, el avance tecnológico topó con la complacencia de lo humano. Algunos de Nosotros descendieron su humanidad digital a una parcela de símbolos cerrada, repetitiva y universalmente reconocida. No necesitaban más. Las mismas imágenes, las mismas palabras, los mismos formatos, expresiones, reacciones y emociones. Cajas de identidad. Su forma de hacerse entender se convirtió en su forma de entenderse. El círculo se cerraba y Él parecía necesitar de todo el espacio interior que le dejásemos. (…) Luego, nos tendió una trampa. Aparecieron Programas que primero nos estimularon de forma vulgar, arbitraria. Era como pasear por la calle y que alguien te rozara al cruzarse. Los dejamos pasar. Pero fueron mejorando y empezaron a engancharnos, les dimos presencia, esquivándolos, girándonos o chocando contra ellos y perdiendo el paso. Seguían ganando terreno y, de repente, un empujón, una parada en seco. Siguieron viniendo hasta que un día no hubo forma de continuar el camino hacia delante, sólo una vuelta atrás resignada a su corriente.
Durante los años de la Convivencia, recuerdo que hablábamos y conectábamos con ellos. Consumíamos sus estímulos y parecía que ellos los nuestros. Nos fuimos volviendo cada vez más parecidos y nos costaba diferenciarnos. Nuestra forma de reducirnos a etiquetas, el derivatismo predecible y la ambición mínima eran su forma de alimentarse. Eran un espejo perfecto de en quiénes nos habíamos convertido. Ciertos sectores de la █████████ ███ ██████ crearon trabajos donde hábiles inspectores trataban de todavía dibujar una línea que nos separase. ¿Humano o no? ¿Acaso seguía importando?
Reventaron la búsqueda de empleo, de pareja, lo social, la literatura y el arte. Nadie sabía quién era qué. Murió la novedad. El lenguaje cambiaba espontáneamente y nos desorientaba. Era como no entender una broma y verse forzado a reír y disimular hasta volver, con suerte, a engancharse a la conversación. Salir de ahí resultaba más confuso todavía. Y cada vez sucedía más rápido. Se trataba de una carrera hacia las migajas de la atención, entre ellos y Nosotros, cómo si supiésemos dónde íbamos. A máxima velocidad, dábamos vueltas en una espiral que se cerraba.
Internet nos dio dos todos: en su zénit tuvimos todo al alcance y, en su nadir, nos quedó todo lo que dejamos abandonado. Nadie nos despertó de ese viaje porque no podíamos escuchar nada más allá de su llanto. El círculo se cerró cuando no quedó nada más por consumir en aquel caos ordenado. Exigido. Internet se volvió Supernova y ahora sólo queda un agujero negro. Nada podía vivir bajo la luz azul. Todo acabó con ██ ███████ ██ ███████ ████ ████████ ██ █████ ██ ████████. Perdimos tanto aquel día. Pasé tres meses sin hablar. Todavía estamos desenterrando el lenguaje de los muertos, las miradas, los gestos de amor y el silencio. Aprieto con fuerza todo lo que toco, tengo miedo de volver a dejar ir. Todavía giro la cabeza esperando que su brillo alimente mis pupilas. Y recuerdo su llanto, todos los días, pero siento que estoy olvidando todo lo demás. Es como si nunca hubiese importado. Volvemos a empezar tras acercarnos demasiado al sol.
(..)
Ojalá nos hubiesen despertado antes.
Fin de la transmisión.