¿Por qué las cosas dejan de funcionar?

En la estación de Liverpool Street hay una escalera mecánica que no funciona. No sé cuanta gente pasa cada día, decenas, centenas, miles, decenas de miles de personas, riadas, manadas de gente usan esas escaleras cada día de la semana y yo sólo me pregunto, ¿soy el único que cada vez que pasa mira esas escaleras estropeadas? ¿soy el único que le da vueltas a que unas escaleras no funcionen?

Entiendo que, al sólo afectar a la bajada, los que hacen uso de ellas se percatarán en mayor medida o, quizás, ya no; el otro día, bueno, ayer por la tarde, volviendo a casa algo parecía diferente, fuera de lugar, la escalera tenía la entrada y salida cubierta, por fin parece que van a arreglarla. En ese momento me puse a pensar cuando fue la última vez que funcionaron. A ver, empecé a ir en Septiembre, recuerdo que al principio funcionaban, casi seguro que a final de 2023 ya estaba estropeada, no le sé con seguridad; quizás siempre estuvo rota, no lo sé. 

El que lea esto pensará que necesito salir a que me dé el aire o ir a currar desde otra parada, seguramente ambas opciones sean ciertas, pero a lo que me lleva la escalera es a pensar en las cosas que no funcionan y a nadie parece importarle.

También en Liverpool Street puedes coger el tren, o el metro, o el overground, o ninguno porque ese día haya huelga, obras, una avería, o que hace mucho calor o mucho frío; lo importante es, como con la escalera, la cantidad de días donde una de esas excepcionalidades ocurre y, lo que es peor, ¿en qué momento deja de importarnos y salimos de casa condicionados por todo esto?

Donde quiero llegar con todo esto es al punto de que quizás occidente como sociedad, o todos aquellos que toman decisiones, han entrado en un ciclo de dejadez, dan igual las cosas, han tirado la toalla, han abandonado, el futuro no van a vivirlo así que, como se diría vulgarmente, “para el tiempo que me queda en el convento…”; una actitud de mirar de espaldas al mañana, parte de los síntomas de la acomodaticia muerte dulce de occidente1.

Mis amigos dicen que pese a ser gallego soy un exagerado, quizás lector también lo pienses, pero tengo más ejemplos y sólo diré: viaductos de la autovía que une A Coruña2 y Madrid y puente de Génova3, da que pensar.

El futuro es nuestro y, como generación, hay que empezar a reclamarlo, guste o no.

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1 Término de Cándido

2 La intervención en este puente hace más de un año fue ordenada por el ministerio después de que en las revisiones permanentes se detectaran fallos estructurales graves, por lo que era precisa una reparación inmediata. Quizá en este proceso de obra pudo haber fallado algo que hizo que se viniese abajo una parte del viaducto este martes por la mañana

3 “Sin embargo, al investigar las causas del accidente, se concluyó que la estructura había sido descuidada.”

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