Tecnocryptofeudalismo artificialmente inteligente

De todos los crytpobros tecnofeudalistas, Musk es el que tiene un más claro su propósito de buscar la mejora de la humanidad o por la ampliación de sus horizontes.

El lunes fue el segundo primer día de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos. 

La ceremonia oficial, celebrada en el interior por el frío y la nieve, tuvo de todo. Había muchas mujeres ondeando su mejor rubio platino y el mejor bronceado artificial, ¿en honor al nuevo presidente?; había chicos vestidos de cowboys, había gente de todos los orígenes, pese a que a Alastair Campbell le pareciese que eran todos blancos; estaba también los que, dicen, que ahora van a gobernar el país, un grupo de cryptobros tecnofeudalistas seguidores de la sustitución del ser humano por robots.

Ahí estaba toda la panda. Zuckerberg, Bezos, Musk, Chamath (su apellido es muy complicado); incluso dejaron entrar a Vivek Ramaswamy pese a su ya casi oficial desaparición del DOGE. Ay Vivek, te pensabas que podías hacer lo que quisieses, traer a todos tus compinches del continente indio y, al final, no has llegado ni a tomar posesión; su caída en desgracia dice mucho, y bueno, del nuevo movimiento MAGA. Por muy poderosos que sean, la señal que se manda es que la idea es Americans First y que a nadie se le olvide.

Estos ultraordomegahiperricos, no sólo han cambiado su estética, sino también sus creencias. Todos y cada uno de los big tech fueron defensores y propulsores de la ideología woke. Se financió el Black Lives Matter —que fueron más que protestas—, al igual que fueron grandes abanderados de los derechos LGTBIQ+ — siempre desde la seguridad de un país propicio para ello —; desde sus compañías se promovió todo relacionado con el DEI (Diversidad, Equidad e Inclusividad) hasta el punto de ser una bandera, hacían gala de ello siempre que podían, fomentando la desaparición de la contratación por mérito por la contratación por condiciones; eran donantes de los Demócratas que desde el segundo mandato de Obama hizo esa ideología la propia del partido; o también, Facebook y Twitter, bajo el control de Jack Dorsey, se excedieron en su condición de moderadores, llegando a eliminar cierta información, vídeos, fotos de cierto hijo de cierto presidente que luego, además, le indultó. Es más, la relación entre todos ellos y Trump no fue cordial, tuvieron momentos de colaboración —Bezos, Nadella y Cook formaron parte del consejo por la innovación y la digitalización de Trump—, pero también aumentó la persecución de sus compañías: Google en 2019 y 2020 por actitud monopolística y anti competitiva; Facebook en 2019 por la compra de Instagram; o Amazon en 2020 por las mismas razones que Google.

El momento histórico en el que estamos entrando se caracteriza por ser una ruptura a frente al wokismo imperante en América y los tech no son ajenos a ello. Simplemente, como hicieron antes, se arriman a donde deben para seguir manteniendo unas cuentas de resultados que crecen año a año. Por otro lado, Trump entiende que esa panda de estrafalarios, de los que quizás no comprende todo lo que dicen y hacen, pero si sabe que son punteros a nivel mundial y que ganarlos para su causa es allanarse el camino. Un matrimonio de conveniencia que durará mientras todos entiendan su rol y para ello la defenestración de Vivek Ramaswamy es importante; ojalá no acabe siendo como Maxim Huerta y sea lo que ocurre con quien se cree por encima del movimiento MAGA.

Lo más preocupante de este matrimonio es el poder del que van a gozar las big tech a partir de ahora. Todas ellas tienen facturaciones superiores al PIB de varios países; su capacidad de influencia y lobby seguirá creciendo, intentando manejar las legislaciones de los países a su antojo; todas ellas son ejemplos de ingeniería fiscal para reducir lo recaudado o en los países en los que operan, incluida España; o como ya mencionamos antes, la capacidad que tienen para moderar y controlar los flujos de información pueden llevar a alterar las percepciones sobre la realidad de la población. Creo firmemente que estas empresas pueden llegar a posicionarse por encima de los estados, si llegado el momento, el balance de fuerzas entre ellas y Trump se rompe, perdiendo este el control, o respeto, dejaría mucho terreno abierto para que estas empresas sigan creciendo, incluso a costa de la seguridad de todos. No como una figura de Gran Hermano pero si entes ajenos al control y supervisión de ningún país pues su fuerza y tamaño está por encima de los mismos. No lo hemos mencionado hasta ahora pero, otro peso pesado en esta nueva era es Sam Altman y su OpenIA, ya ha empezado a ver los primeros frutos de acercarse a un presidente que hace nueve años despreciaba, lo que ya ha ocasionado el primer enfado de Elon Musk; todos ellos son visionarios pero también grandes egos que pueden acabar echando por tierra la colaboración gobierno—empresas.

Por otro lado tenemos la parte estética, especialmente relevante en Zuckerberg y Bezos. Mark Zuckerberg, o quizás su hermano gemelo, ha demostrando que el dinero y el tiempo libre son lo que ayuda a tener un cuerpo diez pasados los treinta y la mejor motivación es tener una imagen pública por los suelo; Zuckerberg demostró perdiéndose en el artificial busto de la nueva señora Bezos que es humano, algo inesperado de quien creíamos alejado de toda humanidad, el hombre que quería llevarnos al metaverso se deja llevar, por fin, por los placeres terrenales. Por otro lado Bezos, de orígenes leones como siempre gusta recordar, es otro ejemplo de conversión a la religión del culto al cuerpo y, cómo la crisis de los sesenta (o son cincuenta) no entiende de cuentas bancarias; se entregó al culto al cuerpo y a los brazos, y busto, de una periodista. Dice mucho de quien abandona a quien le acompaña a la cima.

Sus nuevas proyecciones públicas van alineadas con la corriente existente entre los ultraordomegahiperricos de buscar la extensión de la vida, esto no es posible con un déficit de vitamina D, una reducción acelerada de la materia ósea y una dieta a base de productos veganos. Me alegra ver que los ricos se cuidan, si los mundanos podemos compaginar lesionarnos la espalda en CrossFit o destrozarnos las posaderas en las clases de GAP con nuestros empleos, que menos que ellos no hagan lo mismo teniendo recursos infinitos.

No se puede acabar de hablar de la inauguración de Trump sin hablar de la que es la estrella indiscutible de la política mundial, quizás me paso de frenada con esto, Elon Musk  — pronunciado Ilon Mosk —. Musk es un personaje que permite saber mucho de una persona en base a qué opinión tiene de él. De todos los cryptobros tecnofeudalistas, es el que tiene un más claro propósito de buscar la mejora de la humanidad —ha hecho más por el medio ambiente vía Tesla que muchos de los teóricos defensores —o por la ampliación de los horizonte de la raza humana — SpaceX y la conquista de Marte—. Pese a todo esto, es un personaje que, como todos los demás, tiene su propia agenda y sus propios intereses que, a día de hoy, van de la mano de Trump; y, sobre todo, es una persona que se puede ver que es especial, en el bueno y en el mal sentido de la palabra, su comportamiento, sus gestos —si, incluido el no saludo nazi—, sólo dejan entrever una persona que es especial, el rarito de la clase que ahora de pronto es popular y le hace caso todo el mundo; mientras todo le vaya bien, habrá risas y memes, cuando todo se tuerza, es donde se verá realmente cuales son sus verdaderos postulados e intereses.

—————————————————

Dejando de lado las boutades, recomiendo a quien quiera saber realmente qué pasa en Estados Unidos, o Reino Unido, a no seguir fuentes españolas. Los comentarios de los corresponsales de los principales medios son una auténtica basura, incluyendo esos jóvenes que dicen que quieren cambiar el periodismo y cargan con las mismas formas incorrectas de ejercer una profesión; lo mismo podemos decir de los tertulianos, incluyendo gente en la cadena de radio más escuchada del país vertiendo opiniones absolutamente fuera de lugar. Lo mejor que podéis hacer es escuchar directamente o leer lo que se hace, empezando por el discurso inaugural de Trump, consume tiempo, pero al menos permitiría tener debates, conversaciones serias, y no simplemente tener un país que va a ser el último bastión de una ideología muerta que ni sus mayores popes defienden ya. Para acabar, dejo estos párrafos del discurso de Trump como ejemplo: 

To the Black and Hispanic communities, I want to thank you for the tremendous outpouring of love and trust that you have shown me with your vote. We set records, and I will not forget it. I've heard your voices in the campaign, and I look forward to working with you in the years to come.

We will measure our success not only by the battles we win but also by the wars that we end. And, perhaps most importantly, the wars we never get into. My proudest legacy will be that of a peacemaker and unifier. That's what I want to be.

sustrato, como te habrás dado cuenta ya, es un espacio diferente. No hacemos negocio con tus datos y aquí puedes leer con tranquilidad, porque no te van a asaltar banners con publicidad.

Estamos construyendo el futuro de leer online en el que creemos: ni clickbait ni algoritmo, sino relación directa con escritores sorprendentes. Si te lo puedes permitir y crees en ello, te contamos cómo apoyarnos aquí:
Lee a tus autores favoritos y apoya directamente su trabajo independiente y audaz.
VER PLANES
Ideas

Tecnocryptofeudalismo artificialmente inteligente

De todos los crytpobros tecnofeudalistas, Musk es el que tiene un más claro su propósito de buscar la mejora de la humanidad o por la ampliación de sus horizontes.

El lunes fue el segundo primer día de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos. 

La ceremonia oficial, celebrada en el interior por el frío y la nieve, tuvo de todo. Había muchas mujeres ondeando su mejor rubio platino y el mejor bronceado artificial, ¿en honor al nuevo presidente?; había chicos vestidos de cowboys, había gente de todos los orígenes, pese a que a Alastair Campbell le pareciese que eran todos blancos; estaba también los que, dicen, que ahora van a gobernar el país, un grupo de cryptobros tecnofeudalistas seguidores de la sustitución del ser humano por robots.

Ahí estaba toda la panda. Zuckerberg, Bezos, Musk, Chamath (su apellido es muy complicado); incluso dejaron entrar a Vivek Ramaswamy pese a su ya casi oficial desaparición del DOGE. Ay Vivek, te pensabas que podías hacer lo que quisieses, traer a todos tus compinches del continente indio y, al final, no has llegado ni a tomar posesión; su caída en desgracia dice mucho, y bueno, del nuevo movimiento MAGA. Por muy poderosos que sean, la señal que se manda es que la idea es Americans First y que a nadie se le olvide.

Estos ultraordomegahiperricos, no sólo han cambiado su estética, sino también sus creencias. Todos y cada uno de los big tech fueron defensores y propulsores de la ideología woke. Se financió el Black Lives Matter —que fueron más que protestas—, al igual que fueron grandes abanderados de los derechos LGTBIQ+ — siempre desde la seguridad de un país propicio para ello —; desde sus compañías se promovió todo relacionado con el DEI (Diversidad, Equidad e Inclusividad) hasta el punto de ser una bandera, hacían gala de ello siempre que podían, fomentando la desaparición de la contratación por mérito por la contratación por condiciones; eran donantes de los Demócratas que desde el segundo mandato de Obama hizo esa ideología la propia del partido; o también, Facebook y Twitter, bajo el control de Jack Dorsey, se excedieron en su condición de moderadores, llegando a eliminar cierta información, vídeos, fotos de cierto hijo de cierto presidente que luego, además, le indultó. Es más, la relación entre todos ellos y Trump no fue cordial, tuvieron momentos de colaboración —Bezos, Nadella y Cook formaron parte del consejo por la innovación y la digitalización de Trump—, pero también aumentó la persecución de sus compañías: Google en 2019 y 2020 por actitud monopolística y anti competitiva; Facebook en 2019 por la compra de Instagram; o Amazon en 2020 por las mismas razones que Google.

El momento histórico en el que estamos entrando se caracteriza por ser una ruptura a frente al wokismo imperante en América y los tech no son ajenos a ello. Simplemente, como hicieron antes, se arriman a donde deben para seguir manteniendo unas cuentas de resultados que crecen año a año. Por otro lado, Trump entiende que esa panda de estrafalarios, de los que quizás no comprende todo lo que dicen y hacen, pero si sabe que son punteros a nivel mundial y que ganarlos para su causa es allanarse el camino. Un matrimonio de conveniencia que durará mientras todos entiendan su rol y para ello la defenestración de Vivek Ramaswamy es importante; ojalá no acabe siendo como Maxim Huerta y sea lo que ocurre con quien se cree por encima del movimiento MAGA.

Lo más preocupante de este matrimonio es el poder del que van a gozar las big tech a partir de ahora. Todas ellas tienen facturaciones superiores al PIB de varios países; su capacidad de influencia y lobby seguirá creciendo, intentando manejar las legislaciones de los países a su antojo; todas ellas son ejemplos de ingeniería fiscal para reducir lo recaudado o en los países en los que operan, incluida España; o como ya mencionamos antes, la capacidad que tienen para moderar y controlar los flujos de información pueden llevar a alterar las percepciones sobre la realidad de la población. Creo firmemente que estas empresas pueden llegar a posicionarse por encima de los estados, si llegado el momento, el balance de fuerzas entre ellas y Trump se rompe, perdiendo este el control, o respeto, dejaría mucho terreno abierto para que estas empresas sigan creciendo, incluso a costa de la seguridad de todos. No como una figura de Gran Hermano pero si entes ajenos al control y supervisión de ningún país pues su fuerza y tamaño está por encima de los mismos. No lo hemos mencionado hasta ahora pero, otro peso pesado en esta nueva era es Sam Altman y su OpenIA, ya ha empezado a ver los primeros frutos de acercarse a un presidente que hace nueve años despreciaba, lo que ya ha ocasionado el primer enfado de Elon Musk; todos ellos son visionarios pero también grandes egos que pueden acabar echando por tierra la colaboración gobierno—empresas.

Por otro lado tenemos la parte estética, especialmente relevante en Zuckerberg y Bezos. Mark Zuckerberg, o quizás su hermano gemelo, ha demostrando que el dinero y el tiempo libre son lo que ayuda a tener un cuerpo diez pasados los treinta y la mejor motivación es tener una imagen pública por los suelo; Zuckerberg demostró perdiéndose en el artificial busto de la nueva señora Bezos que es humano, algo inesperado de quien creíamos alejado de toda humanidad, el hombre que quería llevarnos al metaverso se deja llevar, por fin, por los placeres terrenales. Por otro lado Bezos, de orígenes leones como siempre gusta recordar, es otro ejemplo de conversión a la religión del culto al cuerpo y, cómo la crisis de los sesenta (o son cincuenta) no entiende de cuentas bancarias; se entregó al culto al cuerpo y a los brazos, y busto, de una periodista. Dice mucho de quien abandona a quien le acompaña a la cima.

Sus nuevas proyecciones públicas van alineadas con la corriente existente entre los ultraordomegahiperricos de buscar la extensión de la vida, esto no es posible con un déficit de vitamina D, una reducción acelerada de la materia ósea y una dieta a base de productos veganos. Me alegra ver que los ricos se cuidan, si los mundanos podemos compaginar lesionarnos la espalda en CrossFit o destrozarnos las posaderas en las clases de GAP con nuestros empleos, que menos que ellos no hagan lo mismo teniendo recursos infinitos.

No se puede acabar de hablar de la inauguración de Trump sin hablar de la que es la estrella indiscutible de la política mundial, quizás me paso de frenada con esto, Elon Musk  — pronunciado Ilon Mosk —. Musk es un personaje que permite saber mucho de una persona en base a qué opinión tiene de él. De todos los cryptobros tecnofeudalistas, es el que tiene un más claro propósito de buscar la mejora de la humanidad —ha hecho más por el medio ambiente vía Tesla que muchos de los teóricos defensores —o por la ampliación de los horizonte de la raza humana — SpaceX y la conquista de Marte—. Pese a todo esto, es un personaje que, como todos los demás, tiene su propia agenda y sus propios intereses que, a día de hoy, van de la mano de Trump; y, sobre todo, es una persona que se puede ver que es especial, en el bueno y en el mal sentido de la palabra, su comportamiento, sus gestos —si, incluido el no saludo nazi—, sólo dejan entrever una persona que es especial, el rarito de la clase que ahora de pronto es popular y le hace caso todo el mundo; mientras todo le vaya bien, habrá risas y memes, cuando todo se tuerza, es donde se verá realmente cuales son sus verdaderos postulados e intereses.

—————————————————

Dejando de lado las boutades, recomiendo a quien quiera saber realmente qué pasa en Estados Unidos, o Reino Unido, a no seguir fuentes españolas. Los comentarios de los corresponsales de los principales medios son una auténtica basura, incluyendo esos jóvenes que dicen que quieren cambiar el periodismo y cargan con las mismas formas incorrectas de ejercer una profesión; lo mismo podemos decir de los tertulianos, incluyendo gente en la cadena de radio más escuchada del país vertiendo opiniones absolutamente fuera de lugar. Lo mejor que podéis hacer es escuchar directamente o leer lo que se hace, empezando por el discurso inaugural de Trump, consume tiempo, pero al menos permitiría tener debates, conversaciones serias, y no simplemente tener un país que va a ser el último bastión de una ideología muerta que ni sus mayores popes defienden ya. Para acabar, dejo estos párrafos del discurso de Trump como ejemplo: 

To the Black and Hispanic communities, I want to thank you for the tremendous outpouring of love and trust that you have shown me with your vote. We set records, and I will not forget it. I've heard your voices in the campaign, and I look forward to working with you in the years to come.

We will measure our success not only by the battles we win but also by the wars that we end. And, perhaps most importantly, the wars we never get into. My proudest legacy will be that of a peacemaker and unifier. That's what I want to be.

sustrato, como te habrás dado cuenta ya, es un espacio diferente. No hacemos negocio con tus datos y aquí puedes leer con tranquilidad, porque no te van a asaltar banners con publicidad.

Estamos construyendo el futuro de leer online en el que creemos: ni clickbait ni algoritmo, sino relación directa con escritores sorprendentes. Si te lo puedes permitir y crees en ello, te contamos cómo apoyarnos aquí:
Lee a tus autores favoritos y apoya directamente su trabajo independiente y audaz.
VER PLANES