Internamente había decidido que no iba a tuitear o comentar nada sobre cierto programa de la primera, anteriormente en una cadena privada, cuyo proceso de contratación le ha costado el puesto a varias personas, el cual vamos a pagar, tenga audiencia o no, durante dos años a precio de oro, y todo porque un tipo cuya estatura le haría sufrir muchos swipe left no le baila el agua a otro tipo que lo que tendría serían más bien swipe right; sin embargo, aquí estamos.
El martes acudió a ese programa la actriz Irene Escolar. No he visto la entrevista entera, únicamente el clip viral donde, presentador y entrevistada, hablan sobre los problemas de la vivienda. Las quejas vienen sobre la incapacidad de la actriz para costearse el alquiler. Secundada por el presentador en la gravedad del problema, estructural y generacional, el aplauso del respetable, me encanta esa frase, fue merecido. El problema reside, para mí, en quien realiza la crítica; no voy a explicar nada, sólo hay que ver la wikipedia de la actriz para llegar a la conclusión de que encaja a la perfección en la definición de nepo baby; no creo que sea el perfil de persona que sufre por el alquiler.
Mi crítica no es ad hominem, es al sistema. Este programa va a ser usado como falso altavoz para mi generación (sic), un lugar donde aparentar que se pueden hablar de los problemas del que, supongo, es el target del show. Un lugar que, para mayor recochineo de los que lo organizan, se llama La Revuelta, se va a usar para generar una falsa disidencia, una falsa sensación de que los jóvenes no estamos solos cuando en realidad, sí lo estamos. Esto no es nada nuevo pero a mi, se me hinchan las pelotas cuando leo gente encantada con que haya un sitio donde se hable de los problemas de verdad; ¿puede haber intenciones oscuras, usar esto para atacar a futuro a la oposición que no está haciendo su trabajo como si lo hace el presentador, es decir, el gobierno?
La última vez que alguien enarboló la bandera de los jóvenes no terminó precisamente bien. España sigue en la misma tesitura pero, eso sí, los que pusieron cara a los problemas ahora se encuentran en muchos casos con una vida cómoda, justo de lo que se quejaban. Esta gente tenía o tiene algo en común con Irene, el venir de entornos cuanto menos acomodados; tenemos los casos de las hermanas Serra, Iñigo Errejón, Carolina Bescansa, el propio Pablo Iglesias, o casos más sangrantes como el de Ramón Espinar aka Espiblack. No estoy culpando a nadie de ser millonario, pero no está de más mencionar que muchos de ellos son hijos de empresarios, políticos o altos funcionarios del estado, todos alejados de la vida de penurias, de la vida de obreros que defendían en su momento. Escuchando el podcast de Onda Cero sobre los inicios de Podemos, concluyes que los hijos quieren su parte del pastel, que ha llegado su momento y ganarse la vida trabajando como el obrero, funcionario, currito de las Cuatro Torres o emigrando es demasiado difícil y exigente; el resto, marketing y fachada, el medio para un fin, jugar a la revolución para quien su mayor dificultad en algunos casos era que el caballo no estuviese listo a tiempo o que la tarjeta black no le estuviera pagando todo.
Donde quiero llegar tras este detour es a intentar, una vez más, a levantar la mano de que los problemas de los jóvenes véase salario, vivienda y, como consecuencia, una ausencia de progresión vital, no van a ser solucionados porque chocan contra los intereses de la mayoría. Tus sueldos son bajos porque hay que pagar cotizaciones, pensiones y demás gasto público, además del dumping mediante aumento de población; tu alquiler está por las nubes porque no se aumenta la oferta y no puedes comprar una casa porque los precios están por las nubes por razones similares, además de no poder ahorrar para un depósito porque tu salario es una miseria -incluso para muchos que pensáis que no es así así, el salario que tenéis es mísero-. Todos vuestros (me excluyo para no caer en lo que critico, pues no vivo en España, aunque los problemas sean los mismos en todo occidente) problemas vienen de la decisión de elegir un modelo de país encaminado a sostener al grupo mayoritario de votantes (pensionistas, empleados públicos) a costa de los demás.
Con amigos y en redes siempre hay quejas sobre que nada pasa, que no se prende la mecha y la gente no sale a la calle a protestar. Repito, la última vez que se dieron manifestaciones en defensa de la juventud fue en el ciclo 2011-2015 y nunca más se supo, pues sus líderes cumplieron su objetivo. Las causas para explicar esto pueden ser tan obvias como decir que el partido que está en el gobierno es un partido de izquierdas (sic), unido a otras más profundas como la falta de asociacionismo en la sociedad civil y más aún en el espectro de no-izquierda; sé que existen asociaciones que van contra el gobierno pero entre que están todas compuestas por la misma gente y que lo que harían sería lo mismo, pues para eso mejor no contarlos.
Me gustaría ser capaz de ofrecer una salida que no sea la que escogí yo, en concreto, la terminal de salidas de Barajas; me gustaría ofrecer alguna receta o forma de mejorar esto, pero creo que no la hay. Totalmente absorbido por mi vena doomer, considero que España tiene poca solución a corto plazo, el cambio no es algo tan sencillo como cambiar de gobierno: para que haya un cambio real en la realidad material, primero debe tener lugar en la forma de pensar de la gente; para que los jóvenes puedan avanzar deben abrazar otras formas de ver la vida y romper con los esquemas mentales imperantes en el país; hemos decidido que lo que importa y lo que valoramos son los gestos(como ejemplo, el gobierno que propone el programa que ocasiona este post tiene muchos planes de construir vivienda pero, cuando llega el momento de la verdad, no hace nada). Mientras este cambio, que no es más que un proceso de maduración por parte de la sociedad, no hay solución posible y seguiréis aplaudiendo al títere (político, actor o presentador) de turno que dice lo que queréis oír mientras le pagáis al boomer de turno la pensión unida al IPC y el alquiler que os ha subido por cuarto año consecutivo, vuestro sueldo es el mismo que en 2008 y tenéis unos ahorros que no son ni el uno por ciento del depósito de una casa.
