Veo en un post de Linkedin que la fiesta de verano de la filial española de la firma de servicios profesionales KMPG fue organizada por ELROW, empresa catalana promotora de fiestas de música electrónica.
KPMG seguramente no necesite presentación. Klynveld Peat Marwick Goerdeler es una firma americana de servicios profesionales fundada y fusionada tras décadas de contables fundando y fusionando asesorías. La última de estas sucedió en 1987. Forman parte del conocido como Big Four de empresas del sector, junto a sus archienemigas Ernst & Young, Deloitte y PwC. En 2023, KPMG contaba con 273.424 empleados en 143 países (5.000 solo en España) y facturaron unos 36,4 mil millones de euros. Trabajan a destajo dentro de hermosos edificios de oficinas, que jalonan distritos financieros en ciudades por todo el mundo.
Por su parte, ELROW es una empresa familiar fundada en 1924 en Barcelona, y que desde entonces ha gestionado locales de ocio nocturno. Según su web, el renacimiento se produce en 2010 como una fiesta que se celebra los domingos por la mañana en un local de Viladecans, el Elrow14. Más adelante, pasan a organizar el Monegros Desert Festival. En 2014, los contrata la discoteca Space, en Ibiza, para que celebren sus eventos en la isla. En 2016, entra como socio a la compañía el fondo de origen norteamericano Providence Equity Partners, a través del vehículo de inversión Superstruct Entertainment, con el que ahora tiene presencia en más de 40 festivales. Y despegan. En la actualidad, diversificadas sus fuentes de ingreso y apretadas sus economías de escala, ingresan más de 55 millones de euros al año. Sus señas de identidad son una estética onírica y colorida, vistiendo un espectáculo que incluye “actores, zancudos, juguetes o hinchables.” Todo ello aderezado con la música house más rompepistas. Como explica el propio Juan Arnau, fundador y Chief Global Brand de ELROW, también contribuyen a pelear contra los estigmas de la música electrónica: “Lo que antes escandalizaba ya está normalizado”.
Desde el punto de vista de KPMG, esta alianza festiva supone una maniobra audaz para incrementar su atractivo de cara a los actuales y futuros empleados. Lejos de mostrarse como una empresa aburrida, estática o fuera de onda, organizan una fiesta techno de la mano de un reputado colectivo, mundialmente experto en liarla. Además, este aumento del atractivo de la empleabilidad, con toda probabilidad resulta unitariamente más barato que la correspondiente inversión en aumentos salariales. Aunque no están solos en la carrera: por ejemplo, cómo ha podido saber sustrato, la firma británica Deloitte, eterna competidora de KPMG, invita a sus empleados belgas a una jornada exclusiva del festival techno Paradise City (eso sí, se trabaja al día siguiente).
Por su parte, los gestores de ELROW (en especial desde la entrada en el capital de Providence Equity Partners) han encontrado una manera de diversificar su negocio: quién no prefiere organizar fiestas B2B (business to business), donde uno negocia con una gran corporación y, sin tener que hacer márketing alguno, se embolsa el equivalente a una fiesta de 5.000 personas - previo pago de un premium Big Four-, amén de la más que posible repetición de la fiesta y efecto contagio entre otros clientes. Ávidos de retos, ELROW se siente preparado para empapar de cultura rave a los profesionales que asesoran a las empresas del IBEX. Estamos siendo testigos de una estrategia de diversificación y cross-overs sin precedentes. Un aumento del addressable market size sólo calculable por astrónomos, acostumbrados a manejar grandes cifras. Después de todo, ¿cuál es el tamaño del mercado mundial formado por la gente que, en palabras del propio fundador, “se lo quiere pasar bien y olvidarse de sus problemas durante 12 o 24 horas”?
Por último, hay que pensar en los empleados de KPMG, para los que esta velada1 viene a redondear un pack de beneficios corporativos francamente atractivos. Entre las ventajas de las que disfrutan destacan: una promoción de cientos de compañeros de tu misma edad y rango y uniforme, con la que confraternizar y salir de fiesta o incluso ligar; una estudiada y clara línea de incentivos y ascensos, para poder planificar tu estabilidad profesional y nivel de ingresos a varios años vista y, ahora, las mejores fiestas y eventos techno sin el engorro de tener que divertirse uno por su cuenta. Estaban muy vistas las guarderías para hijos de empleados y el plan de pensiones; ya era hora que las empresas ofrecieran rave benefits. Quien sabe, puede que estemos asistiendo al pistoletazo de salida de planes de cuidado 360º del empleado, desde atención pediátrica hasta servicios funerarios (sector oportunidad: anclado en el pasado y bendecido por fabulosas tendencias demográficas2).
Podría parecer que los trabajadores demandamos a las empresas que nos organicen la vida, podría ser que le damos la razón a esos sociólogos que exclaman “¡Sociedad de adolescentes!”, desde temprano por la mañana. Podría ser que el aumento de productividad y la acumulación de capital de las grandes corporaciones nos lo paguen creando puestos de trabajo innecesarios, con o sin divertidos beneficios fuera del salario. Pero hay que huir de la conspiranoia y, sobre todo, de la confrontación, como dijo aquel sabio al borde de una alberca: “la tranquilidad, la tranquilidad es lo que más se busca”
—-
1 Imagino la dinámica de la fiesta en sí: ¿Estarán los de consultoría acodados en la barra? ¿Los socios pidiendo champán en un reservado?¿Las de RRHH comiendo altavoz en primera fila? ¿Finanzas y M&A yendo a orinar muy a menudo?
2 No en vano, Pablo Iglesias, rastreator ideológico, vigía del EBIDTA, GOAT de la separación del hombre y la obra, esbozaba el otro día su proyecto de construir una funeraria de izquierdas.
*Gracias al grupo de whatsapp “PS RIALS 24”, inspiradores y coautores de este artículo. Os lo pagaré en raves.
** La foto de portada de la portada es una adaptación de wikipedia