No sé vosotros, pero yo escojo los libros que leo por sutiles señales recibidas. Como me hago adulto y me salen canas, he resuelto en evitar todo tipo de expectativas e ideas preconcebidas así que, sin saber nada del argumento de un libro o de una película, uno se tiene que aferrar a insinuaciones, pinceladas, adjetivos susurrados entre bambalinas por la selectas personas de las que me fío.
Resulta que hace unos meses trataba de encontrar un libro de cocina en la central de Madrid, y me topé con una presentación de una novela y bastante gente guapa: era Maniac, de Benjamín Labatut. Tras hablarlo con la librera, se me quedó la pelota botando en la cabeza, hasta que Uxía, por tierra (mensaje), mar (foto) y aire (nota de voz) me convenció para darle prioridad.
Es Maniac un libro peculiar con forma innovadora. Se estructura como un tríptico de historias sobre las matemáticas y la física del siglo XX. El hilo conductor o más bien personaje común a las tres historias es el matemático y genial todólogo húngaro John von Neumann. Os ahorro la temática exacta de las tres partes, pero se tratan lógica, física cuántica, computación o el (ahora sé que apasionante) mundo del go1. No hay que estar versado en estos temas, más bien al revés; Labatut consigue imprimir a la historia un trabajadísimo aire de thriller científico mientras divulga con transparencia estos conceptos fronterizos de la inteligencia humana.
Ahora, hagamos una parada y una prueba. ¿Cuántos enlaces del párrafo anterior has clicado?
- Si no has clicado ninguno, no puedo garantizar que te guste el libro, quizá solo eres una persona ordenada y/o respetuosa con estas cosas que escribo.
- Si has clicado en uno de los dos, estoy bastante seguro de que te gustará Maniac.
- Si has clicado en los dos enlaces anteriores y los has ojeado y has dicho qué buena pinta y has vuelto aquí, enhorabuena, te va a volar la cabeza el libro y además eres un lector o lectora disciplinado. Te admiro.
- Si has clicado en los dos enlaces y has entrado en un bucle de wikipedia y no has vuelto a terminar de leer esto, tienes problemas de atención y deberías leer solo sustancia y borrarte las redes sociales.
Y es que Maniac no es una novela al uso, centrada en personajes, sentimientos, conflicto interno y todos los clichés. Maniac, estoy seguro, es el producto de un escritor con interés omnívoro, que se obsesionó con la parte más oscura y más sexy de la ciencia del siglo XX e hizo un libro con ello. Es como la wikipedia, pero en esteroides: énfasis en la anécdota, personajes excesivos, brotes de locura… sobre el texto - contado mediante confesiones en segunda persona, como si de las entrevistas de un documental o la segunda parte de “Los detectives salvajes” se tratara -, sobrevuela onerosa la intuición del mal, de que abrimos la caja de Pandora con lo nuclear y los LLM y a ver quien la cierra ahora. Un poco como la tercera temporada de Twin Peaks.
Pero hay un poso de esperanza, lo que se quedó en el fondo de la vasija cuando Pandora la abrió2. Porque este libro, a la manera de Stefan Zweig, aspira y puede que consiga retratar un momento histórico, tomar una foto del vertiginoso y (siempre parece que oscuro) presente. Pero, igual que Zweig, que se suicidó (y suicidó a su pobre amante) justo antes de que saliera el sol, lo gracioso de la historia es que tiende a seguir sin nosotros. Y puede sorprender con un movimiento 37.
“Este tipo de aparato es tan radicalmente nuevo que muchos de sus usos se volverán evidentes después de que se haya puesto en funcionamiento”3
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1 [spoiler] Algunos personajes increíbles que pululan por el libro son Kurt Gödel (demostrando que la realidad tiene agujeros), Richard Feynman o Lee Sedol y el Deep Mind/Alpha Go.
2 Página 170. Ed. Anagrama, 1º edición
3 Página 181. Ed. Anagrama, 1º edición