Portu Turra 2024

Que tu propósito de año nuevo pase por escuchar más música hecha en Portugal.

¿Por qué hemos esperado hasta 2025 para lanzar la lista de los mejores discos portugueses de 2024? Por falta de previsión, para empezar. Pero en realidad tomadlo como vuestro primer propósito de año nuevo: escuchar más música portuguesa. Insisto, año tras año (tras año tras…) en que todo lo que se mueve en el país vecino es digno de escucha y admiración. Nunca termina de cuajar y siempre pienso que este año, este año: sim. 2024 ha sido un año enorme en calidad musical en Portugal y aquí os dejo mis favoritos y el link a mis archienemigos en el contaje de discos portugueses, la lista de Mindies, distinto criterio, misma obsesión. 

1. MVP: Las Berlengas son el archipiélago de islitas que hay frente a la costa de Peniche, una hora al norte de Lisboa. Sólo se puede llegar en verano y hay algo sobrenatural en esas islas que hacen de su recuerdo algo realmente evocador. El disco de Benjamim inspirado en ellas ocupa mi número uno de este año porque ha conseguido conectar con mi recuerdo al 100%. Parte electrónica, parte magnética, parte folk, parte soñada. Una isla en medio de un océano, un disco en medio de un millón. Y una canción de apertura del disco, instrumental de 7 minutos que te lleva de vuelta a la sal, al sol a lo inhóspito y la belleza, mi favorita del año. 

2. Aunque esto no es un ranking, bien es cierto que con las razones sentimentales que me han unido al número uno, el número dos de este año lo tenía igual de merecido pero todo no puede ser. Maria Reis despuntó con un EP magnífico en 2022 y este año se ha estrenado en largo con un superpoder: sus canciones son absolutamente reconocibles. Un sello personal de cantautora genZ que nos fli-pa.

3. La medalla de ¿bronce? Para nuestro pluriempleado portugués favorito: Hélio Morais. Desde hace años aparece siempre en nuestra lista, con cualquiera de los proyectos que emprenda. Este ha resultado ser el más personal, en el que más se ha desnudado. Historias personales, familiares. Rodeado de amigos, de sonidos que le han acompañado durante toda su vida, para darle banda sonora a la nuestra.

4. Inóspita es el pseudónimo de Inês Matos para hacer este discazo de americana que evoca, más que a las carreteras perdidas de Utah, a las de Sintra. Virtuosa de la guitarra, con brochazos de jazz y fan irredenta de Bruce Springsteen. Alquimia de influencias para un disco que nos ha dejado embobadas. 

5. Ana Lua Caiano da un paso más allá en el neofolk y se come a todos sus rivales. Afrobeat, electrónica, experimentación. Palabras que están ya requetesobadas a las que ella ha conseguido dar un giro nuevo. Si los del Colors ya se han dado cuenta del talentazo (y, vaya, el Primavera Sound), no te quedes atrás y disfrútala tú también.

6. De la veta de mujeres y electrónica nos quedamos este año también con Inês Apenas, que ha llamado a su disco Éter y es bastante autoexplicativo. Cada canción es un hit y lo que nos extraña es no verla por ahí en más carteles de festis. Esperaremos con paciencia. 

7. Varias razones para poner a Capital da Bulgária bien arriba en la lista: primero por su NOMBRAZO artístico y, ya en lo musical, por lo bien que nos hace sentir escucharla. Como si estuvieras en un jardín botánico, todo suena fresco, te aporta oxígeno y te traslada a sitios mejores. Viene de Sintra, por lo que la niebla la trae de serie. 

8. ¿Es Cassete Pirata el grupo que más se me ha escapado este año en directo? ES. Pero esa frustración no quita que merezcan el puesto en la lista. El mejor exponente de indierock-dreampop que tienen ahora mismo en Portugal canta, además, en portugués. Deseadme suerte a ver si por fin me los cruzo este año. 

9. Dos de mis bandas fetiches de la última década se han liado la manta a la cabeza este año para volver pisando fuerte. Una de ellas, Best Youth. Que tiene la mejor frontwoman que recuerdo haber visto en mucho tiempo. Su uso canónico de los sintes en pos del indie no pasa de moda y se reafirman en el puesto de favoritos. 

10. La otra banda que ha vuelto este año han sido The Happy Mess que, además, se han puesto a jugar con experimentos pop en todas sus vertientes y mira tú que les ha salido bien. Incluso han acertado metiendo alguna cosa en castellano y me alegra mucho mucho haber recuperado a este grupo de mi propio olvido. 

11. Lo llamaremos el efecto “Milagros de Coura”: van ya dos años que una caída de alguien en la serie media del Paredes de Coura lleva a unos de los grupos que han tocado esa semana en la plaza del pueblo al segundo escenario y de ahí…a la lista de mejores discos del año. Pasó con Maquina (tras la caída de The Last Dinner Party) y este año la caída de bar Italia hizo que 800 Gondomar (nombrazo, una línea del bus urbano de Oporto) salieran a darlo todo…y triunfaran presentando este disco de garage lo-fi.

12. Y vosotras diréis: ¿y qué pasó con Maquina? Pues que aupados con el nombre que se han hecho a un lado y al otro de la frontera han seguido labrándose su camino con psicodelia y golpes de efecto, batería e iteraciones de krautrock. Cómo no quererles.

13 .El disco de Silly nos pilló entre tanto punk y tanto grito este año con el pie cambiado. R’n’b chill, un océano de calma entre tanto ruido. Elegancia y suavidad.

14. Portugal no es muy grande y entonces pasa un fenómeno curioso: quizá te guste un grupo y de ese grupo salga cada componente en solitario ( o con otras bandas) hasta un bucle de playlist infinita. ¿El grupo? You Can’t Win, Charlie Brown. ¿La rama? Su solista, Afonso Cabral, se desmarca en solitario este año con un disco muy muy en la cuerda del grupo: art pop, sintetizadores, un viaje sonoro que nos ha flipado.

15. Y no sólo eso, también las colaboraciones vuelan de un disco a otro. Creo que no conozco ningún beef del otro lado de la frontera ( si alguien sabe, que me cuente) y el propio Afonso Cabral aparece en este disco de Monday (proyecto en solitario de una de las Golden Slumbers, míticas) porque se dan la mano folk, pop, piano, guitarra y una voz hipnótica. 

16. Otro de los cantautores más respetados, Samuel Úria, ha sacado a pasear su talento este año con disco nuevo. Quizá la palabra cantautor esté ya, de hecho, bastante denostada, pero en su caso le da porte al término y sus canciones son una buenísima excusa para aprender portugués de la manera más lírica posible. 

17.  Queremos dejar atrás el postpunk pero eso no significa que nos vayamos a olvidar del todo. Uno de los mejores ejemplos de este año es el disco de Mt. Roshi, desde el lado más oscuro de Estoril, para el resto del mundo. 

18. Y, más allá del postpunk, esa cosa oscura oscura que mueve el pop (¿existe el postpop, hemos abierto ya ese melón?) es la que tienen Hause Plants. Que no han editado disco largo pero sí bastantes canciones, un par de EPs y siempre acertando. 

19. El disco de Hal Still Echoes devuelve también esplendor a la folktrónica ue lo fue todo en la década pasada y que alumbra el camino de vuelta para el regreso del postrock. Una cosa llevará a la otra y este disco, un pionero en darse cuenta. 

20. Vamos cerrando ya esto como más nos gusta: con música para hacer bailar. Y empezamos con trampas. Porque el disco de Nídia y Valentina tiene una portuguesa y una italiana a los mandos. Un 50/50 con mucha percusión, con kuduro, con un uso de la electrónica tan inteligente que cabe la trampa, claro que sí.

21. Bailar bailaremos también desde el lado más psicodélico, el de la propuesta de Meses Sobrio, un dúo que no quiere dejar atrás ni el vaporwave ni las luces de neón. Nosotras tampoco. 

22. Y cerramos con los que más nos han hecho movernos este año: Paraguaii. que son un grupo de rock. Pero que han decidido que, esta vez, había que bailarlo. Ni una canción por debajo de los 6 minutos. Ni un segundo de descanso. Este Aprés Ski es, en sus propias palabras, un dilema cósmico.

Repito: que tu propósito de año nuevo pase por escuchar más música hecha en Portugal. Como verás en la playlist hay mucho más donde elegir que los que hemos nombrado aquí. Sintoniza Antena 3. Lee a los Mindies. Bichea la parte nacional de los carteles de los festivales portugueses. Dale una oportunidad y no me hagas sentir que le estoy gritando al viento. Cuídate. Cuida de la Sanidad Pública.

sustrato, como te habrás dado cuenta ya, es un espacio diferente. No hacemos negocio con tus datos y aquí puedes leer con tranquilidad, porque no te van a asaltar banners con publicidad.

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Música

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Que tu propósito de año nuevo pase por escuchar más música hecha en Portugal.

¿Por qué hemos esperado hasta 2025 para lanzar la lista de los mejores discos portugueses de 2024? Por falta de previsión, para empezar. Pero en realidad tomadlo como vuestro primer propósito de año nuevo: escuchar más música portuguesa. Insisto, año tras año (tras año tras…) en que todo lo que se mueve en el país vecino es digno de escucha y admiración. Nunca termina de cuajar y siempre pienso que este año, este año: sim. 2024 ha sido un año enorme en calidad musical en Portugal y aquí os dejo mis favoritos y el link a mis archienemigos en el contaje de discos portugueses, la lista de Mindies, distinto criterio, misma obsesión. 

1. MVP: Las Berlengas son el archipiélago de islitas que hay frente a la costa de Peniche, una hora al norte de Lisboa. Sólo se puede llegar en verano y hay algo sobrenatural en esas islas que hacen de su recuerdo algo realmente evocador. El disco de Benjamim inspirado en ellas ocupa mi número uno de este año porque ha conseguido conectar con mi recuerdo al 100%. Parte electrónica, parte magnética, parte folk, parte soñada. Una isla en medio de un océano, un disco en medio de un millón. Y una canción de apertura del disco, instrumental de 7 minutos que te lleva de vuelta a la sal, al sol a lo inhóspito y la belleza, mi favorita del año. 

2. Aunque esto no es un ranking, bien es cierto que con las razones sentimentales que me han unido al número uno, el número dos de este año lo tenía igual de merecido pero todo no puede ser. Maria Reis despuntó con un EP magnífico en 2022 y este año se ha estrenado en largo con un superpoder: sus canciones son absolutamente reconocibles. Un sello personal de cantautora genZ que nos fli-pa.

3. La medalla de ¿bronce? Para nuestro pluriempleado portugués favorito: Hélio Morais. Desde hace años aparece siempre en nuestra lista, con cualquiera de los proyectos que emprenda. Este ha resultado ser el más personal, en el que más se ha desnudado. Historias personales, familiares. Rodeado de amigos, de sonidos que le han acompañado durante toda su vida, para darle banda sonora a la nuestra.

4. Inóspita es el pseudónimo de Inês Matos para hacer este discazo de americana que evoca, más que a las carreteras perdidas de Utah, a las de Sintra. Virtuosa de la guitarra, con brochazos de jazz y fan irredenta de Bruce Springsteen. Alquimia de influencias para un disco que nos ha dejado embobadas. 

5. Ana Lua Caiano da un paso más allá en el neofolk y se come a todos sus rivales. Afrobeat, electrónica, experimentación. Palabras que están ya requetesobadas a las que ella ha conseguido dar un giro nuevo. Si los del Colors ya se han dado cuenta del talentazo (y, vaya, el Primavera Sound), no te quedes atrás y disfrútala tú también.

6. De la veta de mujeres y electrónica nos quedamos este año también con Inês Apenas, que ha llamado a su disco Éter y es bastante autoexplicativo. Cada canción es un hit y lo que nos extraña es no verla por ahí en más carteles de festis. Esperaremos con paciencia. 

7. Varias razones para poner a Capital da Bulgária bien arriba en la lista: primero por su NOMBRAZO artístico y, ya en lo musical, por lo bien que nos hace sentir escucharla. Como si estuvieras en un jardín botánico, todo suena fresco, te aporta oxígeno y te traslada a sitios mejores. Viene de Sintra, por lo que la niebla la trae de serie. 

8. ¿Es Cassete Pirata el grupo que más se me ha escapado este año en directo? ES. Pero esa frustración no quita que merezcan el puesto en la lista. El mejor exponente de indierock-dreampop que tienen ahora mismo en Portugal canta, además, en portugués. Deseadme suerte a ver si por fin me los cruzo este año. 

9. Dos de mis bandas fetiches de la última década se han liado la manta a la cabeza este año para volver pisando fuerte. Una de ellas, Best Youth. Que tiene la mejor frontwoman que recuerdo haber visto en mucho tiempo. Su uso canónico de los sintes en pos del indie no pasa de moda y se reafirman en el puesto de favoritos. 

10. La otra banda que ha vuelto este año han sido The Happy Mess que, además, se han puesto a jugar con experimentos pop en todas sus vertientes y mira tú que les ha salido bien. Incluso han acertado metiendo alguna cosa en castellano y me alegra mucho mucho haber recuperado a este grupo de mi propio olvido. 

11. Lo llamaremos el efecto “Milagros de Coura”: van ya dos años que una caída de alguien en la serie media del Paredes de Coura lleva a unos de los grupos que han tocado esa semana en la plaza del pueblo al segundo escenario y de ahí…a la lista de mejores discos del año. Pasó con Maquina (tras la caída de The Last Dinner Party) y este año la caída de bar Italia hizo que 800 Gondomar (nombrazo, una línea del bus urbano de Oporto) salieran a darlo todo…y triunfaran presentando este disco de garage lo-fi.

12. Y vosotras diréis: ¿y qué pasó con Maquina? Pues que aupados con el nombre que se han hecho a un lado y al otro de la frontera han seguido labrándose su camino con psicodelia y golpes de efecto, batería e iteraciones de krautrock. Cómo no quererles.

13 .El disco de Silly nos pilló entre tanto punk y tanto grito este año con el pie cambiado. R’n’b chill, un océano de calma entre tanto ruido. Elegancia y suavidad.

14. Portugal no es muy grande y entonces pasa un fenómeno curioso: quizá te guste un grupo y de ese grupo salga cada componente en solitario ( o con otras bandas) hasta un bucle de playlist infinita. ¿El grupo? You Can’t Win, Charlie Brown. ¿La rama? Su solista, Afonso Cabral, se desmarca en solitario este año con un disco muy muy en la cuerda del grupo: art pop, sintetizadores, un viaje sonoro que nos ha flipado.

15. Y no sólo eso, también las colaboraciones vuelan de un disco a otro. Creo que no conozco ningún beef del otro lado de la frontera ( si alguien sabe, que me cuente) y el propio Afonso Cabral aparece en este disco de Monday (proyecto en solitario de una de las Golden Slumbers, míticas) porque se dan la mano folk, pop, piano, guitarra y una voz hipnótica. 

16. Otro de los cantautores más respetados, Samuel Úria, ha sacado a pasear su talento este año con disco nuevo. Quizá la palabra cantautor esté ya, de hecho, bastante denostada, pero en su caso le da porte al término y sus canciones son una buenísima excusa para aprender portugués de la manera más lírica posible. 

17.  Queremos dejar atrás el postpunk pero eso no significa que nos vayamos a olvidar del todo. Uno de los mejores ejemplos de este año es el disco de Mt. Roshi, desde el lado más oscuro de Estoril, para el resto del mundo. 

18. Y, más allá del postpunk, esa cosa oscura oscura que mueve el pop (¿existe el postpop, hemos abierto ya ese melón?) es la que tienen Hause Plants. Que no han editado disco largo pero sí bastantes canciones, un par de EPs y siempre acertando. 

19. El disco de Hal Still Echoes devuelve también esplendor a la folktrónica ue lo fue todo en la década pasada y que alumbra el camino de vuelta para el regreso del postrock. Una cosa llevará a la otra y este disco, un pionero en darse cuenta. 

20. Vamos cerrando ya esto como más nos gusta: con música para hacer bailar. Y empezamos con trampas. Porque el disco de Nídia y Valentina tiene una portuguesa y una italiana a los mandos. Un 50/50 con mucha percusión, con kuduro, con un uso de la electrónica tan inteligente que cabe la trampa, claro que sí.

21. Bailar bailaremos también desde el lado más psicodélico, el de la propuesta de Meses Sobrio, un dúo que no quiere dejar atrás ni el vaporwave ni las luces de neón. Nosotras tampoco. 

22. Y cerramos con los que más nos han hecho movernos este año: Paraguaii. que son un grupo de rock. Pero que han decidido que, esta vez, había que bailarlo. Ni una canción por debajo de los 6 minutos. Ni un segundo de descanso. Este Aprés Ski es, en sus propias palabras, un dilema cósmico.

Repito: que tu propósito de año nuevo pase por escuchar más música hecha en Portugal. Como verás en la playlist hay mucho más donde elegir que los que hemos nombrado aquí. Sintoniza Antena 3. Lee a los Mindies. Bichea la parte nacional de los carteles de los festivales portugueses. Dale una oportunidad y no me hagas sentir que le estoy gritando al viento. Cuídate. Cuida de la Sanidad Pública.

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